EE UU, infelices pero juntos
Si la señal de un acuerdo justo es un gesto de ambas partes, entonces el Congreso de EE UU está a punto de lograr uno equitativo. Tanto demócratas como republicanos tienen quejas importantes sobre el pacto que permitirá ampliar el techo de deuda, cocinado por sus líderes y acordado por el presidente Barack Obama. Sin embargo, lo más importante para los mercados es que parece que mantendrá el impulso de nuevos arreglos fiscales. Pero no importa lo equitativo o justo que pueda ser cualquier acuerdo que incremente la facultad de obtener préstamos federales, aún debe pasar por el Congreso y el Senado. Lo primero es probable que todavía vaya a ser un empate difícil. Los líderes del Congreso tienen un importante trabajo por delante. Se ha prestado mucha atención al dogmático Tea Party en la cámara baja. John Boehner, presidente del Congreso volverá a mantener una disputa complicada con este grupo. Este acuerdo está lejos del deseo de muchos conservadores.
Para empezar, el billón de dólares proyectado en recortes de gasto no llega con la suficiente rapidez. También les preocupa que el nuevo comité del Congreso encargado del otro recorte de 1,5 billones recomiende aumentar los impuestos, como muchos demócratas han defendido, o recortar el gasto en defensa.
Pero el acuerdo provisional corre también riesgos por parte de los demócratas. Emanuel Cleaver, presidente del Black Caucus, lo tildó de "un bocadillo recubierto de azúcar de Satanás". A los demócratas no les gusta que la primera ronda de recortes no incluya una subida en los impuestos. Y temen que la segunda reduzca derechos de la seguridad social. También sostienen que, con la economía apenas creciendo y el paro aumentando, debería tener prioridad la creación de empleo.
Con todo, si la mitad de demócratas y republicanos votan a favor, se aprobará. Y EE UU habrá dado un pequeño, pero firme paso hacia la recuperación de su salud fiscal. Tal vez no sea suficiente para aplacar a los calificadores de crédito, pero para los inversores preocupados por la solvencia del Tío Sam, será un paso adelante en la dirección correcta.
Por James Pethokoukis