La crisis de deuda desbanca a la política
Los expertos valoran que el adelanto electoral elimina incertidumbres, pero descartan una fuerte caída de la prima de riesgo a corto plazo.
Los problemas de la economía española pesan como una losa en el mercado y ni tan siquiera el anuncio de un adelanto electoral sirvió de balón de oxígeno el viernes. La decisión del Gobierno abre la expectativa de cambio y la posibilidad de mejorar la imagen de España en el exterior, perspectivas que resultaron insuficientes a la hora de frenar la caída de la Bolsa o relajar la prima de riesgo. El cúmulo de malas noticias, tanto internas como externas, entre las que destacaron los malos augurios de Moody's para España o el decepcionante dato del PIB de EE UU, marcaron una jornada de caídas, volatilidad y nerviosismo.
"El adelanto electoral es bueno pero que suponga un cambio en el mercado es complicado por la situación exterior. Es difícil que se relaje la prima de riesgo", comenta Nicolás López, director de análisis de M&G Valores.
El Ibex concluyó el viernes con un retroceso del 0,27% en los 9.630 puntos, lo que deja la caída acumulada en la semana en el 4,26% y el balance mensual en el -5,06%. La evolución de la prima de riesgo resultó todavía más preocupante. Alcanzó los 354 puntos básicos en un día en el que el mercado encontró pocas alegrías en las que escudarse.
Primero llegó el último tirón de orejas de Moody's a España al poner en negativa la perspectiva del país, después hubo que digerir la última encuesta de población activa -la tasa de desempleo sigue en el 20,89% a pesar de que se crearon 76.500 empleos en el segundo trimestre- y todo ello en un entorno de incertidumbre ante la falta de acuerdo político en EE UU para elevar el techo de deuda, requisito necesario para alejar a la primera potencia del mundo de la suspensión de pagos el próximo 2 de agosto. A falta de sustos se publicó también un mal dato de PIB del segundo trimestre en EE UU -creció un 1,3% en tasa anualizada frente al 1,8% esperado-, indicador que profundiza la imagen de parón en la recuperación de las economías.
Así, la noticia de elecciones anticipadas en España, esperada en buena medida, tuvo difícil suscitar el efecto balsámico esperado. El adelanto no logró aplacar ni a la Bolsa ni a la deuda a pesar de que en clave nacional sí se interpretó favorablemente. "Al final, el adelanto es algo que el mercado esperaba pero la posibilidad de un cambio es positiva porque ahora nadie confía en la economía española. La expectativa es que con un nuevo gobierno se implanten medidas que convenzan en el largo plazo. El mercado se mueve por expectativas y el anuncio debería tranquilizar los mercados", explica Covadonga Fernández, de Self Bank. "El gobierno actual ya está en situación de espera y no va a tomar medidas impopulares. Eso es negativo para los mercados. Un gobierno salido de las urnas está legitimado para hacer reformas", añade López.
El tiempo dirá si la expectativa de cambio realmente contribuye amejorar la imagen de España en el exterior y la confianza hacia el país, pero lo cierto es que se abre un periodo de incertidumbre hasta que se conozca quién gana las elecciones y cómo. Los expertos avisan que una victoria que no dé una clara mayoría al ganador no será tan bien interpretada por el mercado pues lo que se busca es un Gobierno fuerte, independientemente de su color, que sea capaz de encarar reformas y adoptar medidas impopulares para enderezar la economía.
"El mercado va a demandar una mayoría absoluta", comenta Alberto Roldán, director de análisis de Inverseguros. La gran pregunta entonces es atisbar lo que ocurrirá en los mercados durante los cuatro meses que quedan hasta los comicios. Los expertos auguran volatilidad y no descartan que tanto las encuestas como las propuestas de cada partido sean elementos que marquen la tendencia de los mercados.
"Podemos hacer una doble lectura. El anuncio puede aportar un poco de estabilidad si se espera un cambio, un gobierno fuerte que pueda tomar medidas rápidas. Por otro lado, refleja la realidad, la delicada situación económica y la necesidad de tomar medidas impopulares", comenta Javier Barrio, director de ventas institucionales de BPI.
Y es que aunque el adelanto electoral despeja la incertidumbre política, la gravedad de los problemas de España sigue ahí. La fragilidad de la recuperación, el aumento de los costes de financiación del Estado, los problemas de endeudamiento de las Comunidades Autónomas, la delicada situación del mercado inmobiliario, la elevada tasa de desempleo y el parón del consumo son problemas que tardarán en desaparecer e inciden en la falta de confianza de los inversores.
El anuncio del adelanto electoral se produce precisamente en un momento delicado en el que el acoso de los mercados a la deuda periférica, focalizada en la española e italiana, sigue en aumento. El viernes, además,Moody's añadió presión con un informe en el que situó la deuda española en perspectiva negativa, lo que se considera la antesala a una rebaja de la calificación, actualmente situada en Aa2. La agencia bajó además la calificación de seis comunidades autónomas en un escalón (Castilla- La Mancha, Murcia, Valencia, Cataluña, Andalucía y Castilla y León) y puso en perspectiva negativa a Extremadura, Galicia, Madrid y País Vasco.
La agencia justificó la decisión en la vulnerabilidad financiera del país por el aumento de los costes de financiación y las trabas impuestas a los esfuerzos de consolidación fiscal del Gobierno por el débil contexto de crecimiento y el continuo incumplimiento fiscales de las Comunidades Autónomas.
Moody's alaba el éxito del Ejecutivo a la hora de cumplir sus objetivos de consolidación a medio plazo, su baja deuda pública en comparación con otros países de la UE con calificaciones crediticias altas y la implementación de reformas estructurales clave pero pone en duda su capacidad para poner en vereda a los gobiernos regionales. De hecho, espera que las autonomías incumplan su objetivo de déficit colectivo del 0,75% del presupuesto, lo que complicaría alcanzar la meta del 6% en 2011.
Una vez más Moody's toma el protagonismo en un día clave. Curiosamente la última vez que degradó a España fue en marzo, el mismo día en el que el Banco de España anunciaba las necesidades de capital del sistema. En esta ocasión, las advertencias de Moody's, que también colocó en revisión las calificaciones de BBVA, CaixaBank, La Caixa y la CECA, pesaron demasiado en el ánimo inversor. La agencia, además, comentó en declaraciones a Efe que la convocatoria adelantada de elecciones no resolverá todas las incertidumbres que afectan a la deuda soberana, ya que lo "crítico" es lo que hagan los países del euro para resolver la crisis de confianza sobre su unidad de acción. De hecho, la presión sobre Irlanda o Portugal apenas amainó tras sus respectivos cambios de gobierno.
El mercado sigue cuestionando la efectividad del segundo plan de recate a Grecia y el plan de salvamento al euro. Las caídas en Bolsa el viernes en Europa entre el 0,27% del Ibex y el 1,07% del Cac, al tiempo que la presión sobre las primas de riesgo siguió en aumento. En máximos las de Bélgica (184) e Italia (332,9),mientras que las de Irlanda (831,8), Portugal (831,2) y Grecia (1.229) se ampliaron. Poco ayudaron anuncios como el que hizo ayer el sector financiero y asegurador español al reconocer su voluntad de participar en el plan de salvamento a Grecia, algo que hizo la víspera el sector francés. En este contexto, el mes también se saldó con importantes caídas que oscilaron entre el 7,2% de la Bolsa italiana y el 0,7% del Footsie.
En Wall Street la sesión del viernes resultó muy volátil. Obama pidió compromiso político a republicanos y demócratas pero al cierre de esta edición el viernes aún no había acuerdo entre ambos bandos sobre el déficit. En este contexto, el Dow Jones cayó el 0,79%, el Nasdaq, un 0,36% y el S&P 500, un 0,65%.