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Si hay Apocalipsis en EE UU no será el 2, sino el 15 de agosto

Lo más probable es que antes del próximo lunes los partidos políticos de Estados Unidos abandonen el juego del ratón y el gato y lleguen a algún acuerdo sobre el techo de gasto. Pero si hay un Apocalipsis en la deuda, no sería hasta el día 15. Técnicamente un país no entra en impago hasta que no deja de cumplir con sus obligaciones con sus acreedores. Estados Unidos tiene un vencimiento de deuda de 29.000 millones el día 15. Si ese día no paga, lo que venga hará parecer el crac de Lehman una aburrida merienda veraniega.

Obviamente, si el día 2 no hay acuerdo las cosas se pondrán feas. Muy feas. El dinero huirá hacia activos de bajo riesgo, y de hecho el temor a un episodio de pánico provoca las caídas en Bolsa de los últimos días: los inversores creen que se subirá el techo de gasto, pero a medida que la probabilidad de que no sea así aumenta, se moverán en consecuencia. Cada día que los políticos pasan jugando al mus, la situación financiera se degrada.

En este caso, el Gobierno de EE UU tendría pocas opciones. La más verosímil sería realizar recortes de gasto corriente para evitar dejar de cumplir con el servicio de la deuda. Con todo, eso supondría un recorte de gasto de 134.000 millones solo en agosto, equivalente al 0,9% del PIB, según Credit Suisse. Los programas Medicare y Medicaid se recortarían en el 60% y el gasto corriente en el 85%. El efecto sobre el consumo sería devastador, se dispararían los impagos de deudas entre los empleados públicos o los contratistas. Si el desacuerdo se prolonga algún mes más, EE UU entraría en recesión.

La opción del impago de deuda es inimaginable. La deuda pública de Estados Unidos es el colateral libre de riesgo más utilizado en las operaciones financieras. Si entra en default, los mercados colapsarían de inmediato. Los fondos del mercado monetario no podrían operar, por lo que las empresas ni los bancos se podrían financiar, y muchos entrarían en default a su vez. Los analistas de Merrill calculan una caída del S&P 500 en el entorno del 30%, aunque probablemente la caída fuese mayor, pues la Bolsa sería uno de los pocos lugares donde se podría encontrar liquidez. Además, al no poder financiarse, EE UU debería corregir a las bravas el déficit público, es decir, debería acometer un ajuste fiscal del 8% del PIB. Una contracción del PIB superior al 5% sería probable.

Lo esperable es que se llegue a un acuerdo para elevar el techo de gasto. Pero de dicho acuerdo dependerá, seguramente, si Estados Unidos mantiene su rating de triple A. Pero esa es otra historia. El 2 de agosto es una fecha clave, pero el ultimátum de verdad llega el 15.

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