Optar por los ciento volando
Sí, sí, ha leído bien. El refrán popular dice lo contrario y, en muchos casos, tiene razón. Lo que pretendo con este título es proponer un cambio de punto de vista, variar el ángulo desde el que contemplamos normalmente una situación. En particular, me refiero a la crisis de empleo. Si pensamos en las oportunidades laborales que nuestro país brinda a los jóvenes, la perspectiva es desoladora. Creo que este es el momento de ser valiente, arriesgado e ir a por las ciento volando posibilidades que nos ofrece el mundo exterior. Es verdad que, en condiciones normales (pasadas) es más fácil, seguro y cómodo optar por el pájaro en mano que podemos encontrar aquí. Pero en las actuales circunstancias, ¿qué opciones les ofrece nuestra sociedad a esos jóvenes que han estudiado una carrera? El panorama es sombrío. Según la última encuesta de población activa (EPA), el paro afecta al 21,29% de la población, que en el caso de los jóvenes se eleva al 40%.
Mi postura es que deben dar un paso, dejar su ciudad, dejar el país y salir al mundo. Si el pájaro en mano de aquí es exiguo y raquítico, hay que cambiar de actitud. Esa persona que se marcha es posible que se adapte bien a su nuevo país, que conozca allí a su pareja y decidan permanecer en dicho país o moverse a otro con mejores perspectivas profesionales. Si por ello optan, es evidente que es lo que consideran mejor para ellos. Más también es muy posible que el sujeto de nuestra historia decida un día regresar, cuando aquí las circunstancias hayan evolucionado.
Ese profesional que ha tenido que desenvolverse en un escenario difícil, colaborar con personas de hábitos y creencias distintas a las suyas, que ha adquirido formación complementaria, es un profesional más potente y evolucionado que sus compañeros de carrera que se quedaron aquí. Ahora sí, su sociedad le reconoce y recompensa su esfuerzo y su mérito, con una posición profesional y un salario acordes. El resultado final es que el individuo ha salido ganando y el país también.
¿Riesgos? Claro que los hay, la vida es riesgo. Ser valiente es un valor que hace crecer. Vivir es luchar para ser y crecer. Vivir es un constante decidir lo que vamos a ser. La indignación, lógica, de los jóvenes de hoy se tiene que manifestar en acción transformadora y constructiva, no en estéril protesta asamblearia.
Julio López-Amo. Presidente de Transearch España