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Parábola de la reestructuración

Año 1500 D.P (después de Papandreu). Penélope es una joven ateniense acostumbrada a ir por el lado más salvaje de la vida hasta perder el control de sí misma. Autodestructiva por naturaleza, lleva años enganchada a CrediCola (CC), una sustancia estupefaciente de precios prohibitivos.

La adicción le ha obligado a pedir prestado a familiares y amigos, a quienes debe en total 75.000 euros. Difícil de devolver con un salario mensual de 1.090 euros. Imposible desde que perdió el trabajo hace tres meses. Sus escasos ahorros se han volatilizado y sus ingresos coyunturales apenas le dan para sobrevivir y para alguna dosis de CC.

Su camello, que cobra al contado, le sugiere una solución: borrón y cuenta nueva con sus allegados, a quienes debe dejar de pagar. Ya aparecerán otros dispuestos a prestarle dinero.

Penélope está a punto de caer en la tentación. Pero duda. Y consulta con Claudio, un viejo amigo de Fráncfort a quien también debe dinero y mucho más: la casa donde vive alquilada es suya, el coche se lo dejó en leasing...

Claudio se alarma. Advierte a su amiga que, si deja de pagar, se convertirá en una paria. Y llega a Atenas para intentar poner orden en la atribulada vida de la joven. Revisa sus papeles. Encuentra un terreno heredado en Meteora que podría vender por 15.000 euros, para saldar parte de las deudas. Le consigue algunos trabajillos. Y le prohíbe tajantemente consumir CrediCola.

El camello se rebota. Propaga rumores por Atenas contra Claudio. "Está engañando a la chica. Solo quiere que venda lo poco que tiene para cobrarse su deuda y después echarla a la calle". Y por si la maledicencia no funciona, pulsa la fibra de la solidaridad: "Si le perdonáis una parte de la deuda, Penélope podrá salir adelante".

Algunos acreedores pican. Por fatiga, más que nada. Se conforman ya con recuperar algo del dinero prestado y perder de vista a su antigua amiga.

Claudio pide paciencia. Intenta convencerles de que Penélope se puede recuperar sin necesidad de perniciosas condonaciones. Que si rompen con ella, acabará en manos de tiburones dispuestos a financiarle más CrediCola a cambio de condiciones usureras o de someterla a una brutal explotación.

Pero la confianza, a diferencia de las deudas, no puede reestructurarse. Y Penélope, por borrar unos miles de euros en números rojos, quizá pierda para siempre la amistad de quienes podrían ayudarle.

Vídeo: She's lost control, de Joy Divison, cantada por Grace Jones.

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