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Diario de a bordo

Para marcharse con los bártulos a otra parte

El dato de paro de EE UU tiñe de rojo Wall Street

Cuántas veces habremos oído la expresión: "Agarré mis bártulos y me fui". Esa palabra, bártulos, la usamos mucho, pero casi seguro que desconocemos su muy curioso origen. Lo pueden encontrar en esta cita: "En realidad, Bártulo o Bártolo de Sasso-Ferrato fue un eminente jurisconsulto italiano que vivió en la baja Edad Media, profesor de Derecho y cuyas obras -contenidas en 13 volúmenes- sirvieron de base de estudio durante tres siglos a los alumnos de Derecho de toda Europa. Los estudiantes españoles tomaban nota de las obras del ilustre tratadista y, una vez concluida la clase, ataban los apuntes por medio de cintas o correas. Al conjunto de estos apuntes se les conocía familiarmente por el nombre de 'bártulos', de donde, en la jerga estudiantil, la tarea de reagruparlos y atarlos una vez utilizados, dio origen a la expresión atar (o liar) los bártulos. Así, por extensión, el dicho terminó por aplicarse también a toda disposición o preparativo que, por lo general, hace referencia a una mudanza, cambio de domicilio o traslado de utensilios". (Fuente: www.ciudad-real.es).

La semana tras tranquilizarse relativamente el asunto griego, parecía que apuntaba buenas maneras. Una muy criticada rebaja de Moody's sobre el rating de Portugal volvía a poner el foco sobre Europa, pero Wall Street seguía subiendo. Hasta el viernes. Un muy mal dato de empleo dejó bien claro que el mundo Disney que el mercado intentaba transmitir, no era tal. Que la economía de EE UU sigue con serios problemas, y todo ello, tras gastarse 600.000 millones de dólares que tiraron desde un helicóptero y que algún día tendrán que pagar, se supone...

Si miramos el gráfico de arriba del futuro del mini S&P 500, podemos observar a las 18 horas del viernes que la figura era de las de tomar los bártulos e irse a otra parte, es decir, cambiar de tendencia. Es una envolvente bajista en velas japonesas, muy fuerte, que no suele ser nada grata como compañera de viaje en la semana siguiente. En Europa, mientras, seguimos sin ganar para sustos. Además de los ataques de las hiperactivas agencias de rating sobre Portugal, no perdamos de vista como se están deteriorando los spreads de Italia. Parece ser la próxima víctima escogida, en este ciclo surrealista en el que nos movemos.

EE UU, a su vez, piensa en una QE3 encubierta, esta vez sin helicóptero, más bien con trasatlántico... En los mentideros financieros se comenta que el Gobierno estaría barajando bajar los impuestos por repatriar los beneficios en el extranjero de las empresas de EE UU del 35% a poco más del 5%. Los expertos entienden que supondría una entrada de dinero mayor de la que se manejó durante la QE2. Ya se ha hecho en otra ocasión algo parecido, y fue un éxito para las Bolsas. EE UU siempre tiene un conejo en la chistera, parece que Europa no tantos. Aún así, antes de ocuparse de nuevos trucos, EE UU debe solucionar el problema del límite de su deuda. Solo le queda hasta el 2 de agosto.

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