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Fiestas

Irrepetible San Fermín

Un momento de un encierro en Pamplona
Un momento de un encierro en Pamplona

La mecha chisporrotea. Después, un pitido agudo y en un segundo, ¡bum! "Es un momento irrepetible", dice Enrique Maya, el alcalde. El lugar, Pamplona. La fecha, el pasado 6 de julio a las 12 del mediodía. El momento irrepetible era, en realidad, uno que se repite indefectiblemente todos los años: el chupinazo. Desde 1941, el cohete que arranca los Sanfermines se lanza desde el balcón del Consistorio ante la expectación de los miles de fervorosos pamploneses y foráneos que abarrotan la plaza de la capital navarra. Después del ¡bum! va el ¡Viva San Fermín, gora San Fermín! Y hasta los más veteranos de la fiesta se emocionan.

Para este año, el Ayuntamiento prevé la visita de un millón de turistas ávidos de probar el gusto a astado y vino de uno los festejos con más fama y solera del mundo. El escritor Ernest Hemingway le hizo la labor de relaciones públicas con su novela Fiesta, y tan convencidos dejó a algunos con su experiencia que la habitación del hotel La Perla en la que se hospedó estará ocupada los nueve días de celebración a razón de 1.800 euros la noche. Aunque también sin dispendio se vive San Fermín: hay programados decenas de actos gratuitos entre procesiones, espectáculos, conciertos y dianas. Y por supuesto, los encierros. Ocho en total, cada día de fiesta a las ocho de la mañana. Para evitar accidentes, el Ayuntamiento publica en su web una lista con normas de seguridad para correr delante del toro.

La oficina de turismo de Navarra prevé para este fin de semana una ocupación hotelera de entre el 90% y el 95 %. A partir del lunes, las multitudes y los precios se desinflarán notablemente, aunque la fiesta continúa. Puede ser la solución de los que van más justos de presupuesto. Desde la oficina apuntan también soluciones alternativas a la masificación en la capital: dadas las buenas comunicaciones en el territorio de la comunidad foral, una opción interesante es el alojamiento rural, más barato, y a tiro de piedra. Además, gran parte de los municipios navarros celebran paralelamente sus Sanfermines en miniatura. Para los que se quedan en casa, el ventilador y la televisión les acercarán a unas fiestas más refrescantes, aunque con menos adrenalina.

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