La pugna entre los hermanos provoca la puesta en venta de Bodegas Chivite
Las desavenencias entre los hermanos Chivite puede suponer el fin de una de las dinastías familiares productoras de vino más antiguas de España. BBVA está negociando colocar en el mercado el cuaderno de venta de esta compañía de Navarra con más de 360 años de historia y presente en varias denominaciones de origen españolas.
El enfrentamiento entre Fernando, Julián y Cristina Iturrioz, la viuda de Carlos Chivite, por el control de Bodegas Chivite, una firma con caldos en varias denominaciones de origen españolas y con un notable peso en exportación, parece que culminará en su salida de una bodega que atesora más de 360 años de historia. La familia Chivite ha estado inmersa estos últimos días en un rosario de juntas de accionistas (una por cada una de las cinco sociedades que componen el grupo) convocadas por la vía judicial y que ha desembocado en el cese de Fernando Chivite como presidente y el nombramiento como máxima responsable de Cristina Iturrioz, en representación de sí misma y de sus hijos Carlos Javier Chivite Iturrioz y Catalina Chivite Iturrioz.
Los intentos por apaciguar una situación agudizada en los últimos 10 años tras la muerte de su padre, Julián Chivite, han resultado infructuosos. Esta situación ha provocado constantes cambios en su cúpula directiva (el último se materializó el lunes), lo que ha aconsejado a sus asesores iniciar los movimientos para ejecutar una desinversión ordenada, según aseguran fuentes del sector.
El cuaderno de venta está prácticamente ultimado. Bodegas Chivite, que al parecer tiene todavía en su accionariado al banco holandés Rabobank como consecuencia de un préstamo para comprar la bodega riojana Viña Salceda, lleva varias semanas negociando con la división de corporate de BBVA el cierre de un acuerdo que ponga en el mercado los activos de la firma con sede en Cintruénigo (Navarra). Los esbozos del cuaderno de venta ya han sido sondeados entre importantes compañías nacionales e internacionales.
Venta de la totalidad o en lotes
Medios del sector aseguran que la operación se puede materializar mediante una desinversión de todos los activos o bien por lotes. Añaden, sin embargo, que con un mercado a la baja y con un buen número de bodegas que tiene puesto el cartel de venta no son los mejores momentos para proceder a su enajenación. Portavoces de la firma navarra reconocieron a CincoDías que la idea con la que se está trabajando es la venta pero que "todavía" no se había cerrado el acuerdo para darle el mandato a BBVA.
El grupo Bodegas Chivite, con unos fondos propios de unos 45 millones de euros, está vinculado a la familia Chivite desde 1647. En 1860 inició sus primeras exportaciones a Francia y en 1948 renovó la bodega familiar, ya en Cintruénigo. Es en la década de los ochenta del siglo pasado cuando inició su fuerte expansión. Sacó al mercado la marca Gran Feudo, gama líder del grupo, y compró las hectáreas del actual Señorío de Arinzano, una bodega en Tierra Estella (Navarra) diseñada y construida por el arquitecto Rafael Moneo. A finales de los noventa adquirió la firma riojana Viña Salceda, con la que hizo su primera incursión en Ribera del Duero. En 2009 continuó con su periodo de expansión y se extendió a la denominación de origen Rueda con el lanzamiento de su marca Baluarte Verdejo. Así, en la actualidad tiene presencia en tres zonas españolas con denominación (Navarra, Rioja y Ribera del Duero) y un importante mercado en el exterior.
El último movimiento en la cúpula de la compañía, provocado por Julián Chivite y Cristina Iturrioz para desalojar a Fernando Chivite, ha supuesto también la salida de Íñigo Prado, hasta ahora director general y que fue fichado en 2008 tras permanecer una década en el área internacional de Coca-Cola. Fernando Berridi, es desde el lunes pasado el nuevo responsable ejecutivo. Fue consejero del periódico El Diario Vasco, del grupo Vocento.
Unas dispustas que no son nuevas en el sector
Las pugnas familiares no son nuevas en el sector vitivinícola español. Las más recientes y todavía sin resolver se localizan en la Rioja Alavesa, más concretamente en Oyón. En el pueblo alavés, con poco más de 1.000 habitantes, se asientan dos grandes bodegas como Faustino, con caldos tan conocidos como Faustino, Campillo o Marqués de Vitoria, y Martínez Bujanda, cuya principal marca es Conde de Valdemar. En estas dos sociedades sus accionistas, todos ellos familiares, mantienen disputas por su control. En el caso de Bodegas Faustino, los enfrentamientos han salpicado, aunque tangencialmente, a FCC, la compañía de construcción y de servicios en la que controlan un 4% de su capital y en la que tienen un puesto en el consejo.En la denominación de origen Ribera del Duero también se han evidenciado conflictos. La familia Álvarez, propietaria de Vega Sicilia, mantiene un litigio que está en manos de los tribunales.Bodegas Chivite, que tuvo unas pérdidas de 5,1 millones en 2008 y de 5,2 millones en 2009, estuvo a punto de entrar en la órbita de CVNE, una bodega riojana que cotiza en Bolsa y en la que participan, entre otros, Juan Abelló y las familias Urrutia y Vallejo. Hace dos años, tras una profunda revisión del grupo, rechazó su compra