Una de cada tres mujeres recurrió a la excendencia para atender a sus hijos
El mercado adolece de la flexibilización necesaria para compatibilizar el trabajo con la familia.
Conciliar la vida laboral y profesional siempre ha sido una de las asignaturas pendientes del mercado de trabajo de nuestro país y a pesar de los numerosos esfuerzos todavía queda un largo camino que recorrer. Según la Encuesta de Población Activa en el año 2010 el 14,7% de las personas con un hijo menor de 14 años, es decir, 1.430.000 ciudadanos, se vieron obligadas a dejar a sus niños al cargo de los servicios de cuidado.
Los elevados precios de la atención son algunos de los principales motivos que llevan a seis de cada diez personas a reducir su jornada o a dejar de trabajar para hacerse cargo de los más pequeños. En lo que respecta a los dependientes, la situación es muy similar prueba de ello es que el 43,7% opina que el cuidado de estas personas es bastante caro.
Para poder hacer frente a esta situación, muchos trabajadores optan por reducir su jornada, pero vuelven a ser las mujeres las que con mayor frecuencia se ven abocadas a este proceso. De hecho, una de cada cinco empleadas con un niño menor de ocho años redujo su jornada durante un mes o más para hacerse cargo de él y una de cada tres pidió una excedencia de entre seis y doce meses.
Las dificultades derivadas de la conciliación de la vida laboral y profesional son obviadas por muchas compañías. Una de las grandes demandas de los trabajadores es la posibilidad de fijar su propio horario de acuerdo a las necesidades personales. Sin embargo, siguen muchos los que no disponen de este privilegio. En 2010 el 27,5% de los asalariados no contó con la opción de modificar su horario por motivos familiares, mientras que el 31,5% careció de la alternativa que le facilitara tomarse días libres.