En busca del tiempo perdido
La jubilación puede ser el mejor momento para hacer realidad algunos sueños que se han quedado aparcados a lo largo de los años.
Una pregunta que muchas personas que ven cercano el fin de su actividad laboral pueden hacerse es si hay vida después de la jubilación, aunque quizás la cuestión que habría que plantearse es qué tipo de vida se quiere llevar.
DBM España, filial española de la multinacional Drake Beam Morin, dedicada a la gestión de capital humano, cuenta entre sus servicios con el programa denominado Retirement . Su finalidad es facilitar no solo el tránsito hacia la jubilación sino, sobre todo, hacia un retiro más activo.
En EE UU se empieza a denominar a este proceso segunda carrera profesional. Rafael Vara, director general de DBM España, subraya que el programa está pensado para personas entre los 55 y 65 años que no se quieren desvincular del mundo laboral, que pueden aportar mucho a la sociedad y que desean tener una jubilación activa más allá de llevar a sus nietos a la guardería.
El programa está basado en el análisis de siete parámetros, que DBM denomina fuentes de felicidad, relacionados con la situación, prioridades y esperanzas de la persona ya jubilada o prejubilada. Fruto de este estudio se establece un proceso que, según Vara, permite alcanzar los objetivos para desarrollar una jubilación con actividad laboral o simplemente lúdica. "Creemos que en España este tipo de programas que contratan las empresas irá a más. Este año estimamos multiplicar por dos respecto a 2010. Estamos viendo, por ejemplo, a directivos prejubilados a los que les apetece ser jardineros o dedicarse a la fotografía".
La jubilación puede ser el momento de hacer algunas de esas cosas que se han ido aparcando. Uno de los deseos más frecuentes es viajar. Por ejemplo, el Imserso, que este año celebra su 25 aniversario, organiza y subvenciona viajes en el marco de su programa de envejecimiento activo. Doce millones de personas han viajado con él durante este cuarto de siglo. La oferta de plazas ha tenido un incremento constante, desde 16.000 en la temporada 1985-1986 a más de un millón este año. Además, los destinos se han ampliado desde la inicial oferta de playa hasta circuitos culturales, balnearios o turismo de naturaleza e incluso visitas a otros países, como Portugal o Andorra.
Los jubilados son también uno de los objetivos de la oferta de la oficina de turismo de Serbia, incluida en el Consejo Turístico Cultural Europeo de la Ruta Transrománica, gracias a los monumentos del periodo románico que se asientan en el país balcánico. Castillos del Danubio es otra propuesta para descubrir algunas de las más espectaculares fortalezas y castillos construidos a lo largo de la ribera del río.
Estudiantes a los 65 y seguidores de la red
Muchas universidades españolas incluyen en su oferta educativa cursos dirigidos a personas maduras con gran éxito. En la mayoría de los casos, el título que se obtiene no tiene valor académico o laboral, ya que el objetivo es otro: promover la reflexión y la curiosidad por el saber, además de fomentar las relaciones intergeneracionales. El nivel académico de quienes desean matricularse en las llamadas universidades de la experiencia o aulas de mayores carece de importancia y el perfil de los alumnos es heterogéneo. La ventaja de estas aulas es que la experiencia vital de los asistentes, su sentido práctico y participativo permiten el intercambio de inquietudes, conocimientos o habilidades adquiridas a lo largo de sus vidas. Personas de entre 55 y 80 años acuden diariamente a las aulas.También internet empieza a formar parte de las alternativas de ocio para la tercera edad. Una vez superado el miedo a la tecnología, la red puede convertirse en un aliado para pasar buenos ratos. Los internautas que superan los 60 años representan un porcentaje escaso, pero son muy participativos. Existe un buen número de páginas web dedicadas a los mayores con noticias, salud, ocio, viajes, libros, concursos, debates...