El Banco Mundial pone una tirita
Los reguladores financieros mundiales se están moviendo con rapidez. Solo nueve meses después de haber reforzado las normas de capital bancario, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea ha llegado a un acuerdo que obliga a las grandes entidades a mantener reservas adicionales. El plan garantizará que los megabancos dispongan de un colchón más grueso cuando llegue la próxima crisis. Pero, por el momento, es solo un parche. Todavía no está claro cuántos bancos serán etiquetados como de relevancia sistémica. Sin embargo, aquellos que cumplan con los criterios de ser grandes, globalizados, interconectados y difíciles de reemplazar tendrán que mantener un extra del 1% al 2,5% del capital principal por encima del mínimo del 7% que se exige hoy en día. Aunque algunas entidades están adelantándose, Deutsche Bank, Société Générale y Unicredit no alcanzarán el umbral para 2013, según Morgan Stanley. Como los reguladores han descartado el uso de obligaciones convertibles contingentes, los bancos tendrán que cerrar la brecha mediante la emisión de acciones, limitando el pago de dividendos o reduciendo sus balances. El colchón extra también arrastrará su retorno sobre el capital.
Para los reguladores, ésa es la cuestión: quieren desincentivar a los bancos para hacerse grandes y proporcionar a los rivales más pequeños la oportunidad de competir. Sin embargo, el recargo podría tener efectos perversos. Etiquetar a los bancos como sistémicamente relevantes les permitirá pagar menos por la financiación mayorista que aquellos que no son suficientemente grandes como para fracasar. También los hará más atractivos como contrapartes de las operaciones.
Basilea es consciente de ese peligro. Es por eso que los reguladores se reservan el derecho de elevar la exigencia al 3,5% para los bancos que se transformen en todavía más sistémicos. El problema de fondo es que actualmente no hay forma de reducir sin peligro un gran banco global. Asegurarlo requeriría reescribir las normas de insolvencia, así como cambiar la estructura organizativa de muchas grandes entidades. El aumento de las exigencias de capital puede ser un paso para acelerar el proceso, ya que los bancos podrían exigir un porcentaje más bajo si demuestran que son menos sistémicos. Aun así, es solo un parche temporal.
Por Peter Thal Larsen