La banca y los responsables de la eurozona discuten su contribución al rescate griego
Los responsables de la eurozona y los representantes de los principales bancos de la región se reúnen hoy en Roma para discutir la participación del sector privado en el segundo rescate de Grecia, que ascenderá a alrededor de 100.000 millones de euros.
La UE quiere que la banca aporte al menos 25.000 millones de euros del nuevo plan de ayuda para aligerar la carga de los contribuyentes, según ha dicho el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders. La condición es que esta participación sea considerada impago por las agencias de rating.
En la reunión de la Roma están representadas "a nivel técnico" todas las autoridades de la eurozona, incluida la Comisión, según ha explicado el portavoz de Asuntos Económicos, Amadeu Altafaj. También participa el Instituto de Finanzas Internacionales, una asociación que reúne a más de 400 bancos e instituciones financieras de todo el mundo, según informa la prensa europea.
"Todas las autoridades de la eurozona están implicadas en este proceso de organizar reuniones informales con los actores del mercado y asociaciones que los representan. En primer lugar, para concretar su exposición a la deuda griega. Y en segundo lugar para examinar las opciones que pueden contribuir mejor al éxito del plan (de ayuda a Grecia), a través de la participación del sector privado", ha dicho e portavoz.
Sobre la mesa está en particular el plan presentado por la banca francesa, la más expuesta a la deuda de Grecia. "Estamos examinando esta propuesta y otras, varias opciones para proceder a esta renovación de la deuda griega", ha aclarado Altafaj.
De acuerdo con la propuesta gala, los bancos reinvertirían alrededor del 70% de los bonos griegos que venzan entre mediados de 2011 y mediados de 2014. El 50% de los ingresos se destinaría a comprar nuevos bonos griegos con vencimiento a 30 años, mientras que el 20% restante se invertiría en un fondo de bonos de alta calidad -alemanes o franceses- como aval para garantizar el pago después de los 30 años.
La clave para la UE es que el acuerdo final de renovación de los bonos griegos sea interpretado por los mercados y por las agencias de 'rating' como puramente voluntario para los bancos y no como un impago parcial.
Los líderes europeos, y especialmente el Banco Central Europeo (BCE), temen que una declaración de impago de los bonos griegos desencadene un efecto de contagio al resto de países de la eurozona similar al provocado por la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008.
La reunión de los bancos coincide con el primer día de debate en el parlamento griego del nuevo plan de ajuste por valor de 28.000 millones de euros pactado por el Gobierno de Atenas con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI). El parlamento tiene previsto votar el miércoles el programa y el jueves las leyes que deben permitir su aplicación.
"Votar las medidas sin votar la ley que garantiza su puesta en práctica sería desequilibrado y no serviría para el objetivo", ha avisado el portavoz al ser preguntado por la posibilidad de que el parlamento dé luz verde al paquete pero tumbe la legislación.
La aprobación de este plan es la condición impuesta por los líderes europeos para desbloquear la ayuda de emergencia de 12.000 millones de euros que Grecia necesita para no suspender pagos en verano. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete también prometieron a Atenas en su cumbre del pasado jueves que si se aprueba el plan habrá un segundo rescate que cubrirá sus necesidades de financiación hasta 2014.