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Informe anual

El BIS considera que los tipos de interés deberían subir en todo el mundo

Basilea exige a los bancos que armonicen sus cuentas para evitar otra crisis.

El director gerente del Banco de Pagos Internacionales (BIS, en sus siglas en inglés), el español Jaime Caruana, advirtió ayer que "es necesario normalizar la política monetaria", y tal como se señala en el informe anual, abogó por una subida de tipos en todo el mundo para evitar una nueva crisis.

Se trataría de una de las tareas pendientes que ha dejado la gran crisis, pero no la única. Otra se refiere a la "subsanación de carencias en los datos para mejorar la medición del riesgo sistémico". La entidad multilateral, con sede en Basilea, destaca que la crisis ha revelado "evidentes carencias" en los datos disponibles, que dificultaron la prevención y detección de los desequilibrios. "Especialmente tras la quiebra de Lehman Brothers, la magnitud de la demanda total de financiación en dólares por los bancos europeos y japoneses sorprendió tanto a las autoridades como a los mercados", cita el BIS.

Por ello, el Banco de Basilea exige que las autoridades públicas tengan una capacidad de supervisión "más intensiva e intrusiva". Se pretende evitar que los bancos asuman "expansiones insostenibles" en sus balances. Así, la entidad destaca que se "requiere una supervisión sólida para garantizar que los bancos operan con niveles de capital, colchones de liquidez y prácticas de gestión del riesgo acordes con los riesgos asumidos". El objetivo es hacer frente a las implicaciones derivadas de la innovación financiera.

El BIS se queja de que no existe un "marco unificado" para "identificar y cuantificar el riesgo sistémico". Para subsanar estas complicaciones y anticiparse a futuros problemas, la entidad central propone establecer "un marco internacional de intercambio de datos", que permita a todos los supervisores analizar conjuntamente los balances de los bancos, con el fin de detectar "exposiciones comunes a determinadas clases de activos o concentraciones en los mercados de financiación". El BIS reconoce que ya hay acceso a algunos de esos datos, pero que se requiere una difusión "más generalizada".

La segunda línea de actuación es la actualización de las "estadísticas agregadas estandarizadas sobre flujos de fondos y posiciones de inversión". El BIS pretende que los supervisores puedan tener un control exhaustivo del efecto arrastre que puedan originar los problemas de una entidad financiera o de un país.

La lección que Basilea extrae de la crisis es que la interconexión entre las entidades, debida a su exposición a riesgos comunes, era mucho mayor de lo que se suponía. La idea es disponer de un volumen estandarizado de información para elaborar un rango de probabilidad.

Quiere que se activen mecanismos para evitar quiebras en cadena

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