El Eurogrupo decide hoy sobre Grecia
Los ministros de Economía de la zona euro se reúnen domingo y lunes en Luxemburgo para resolver las necesidades más inmediatas de financiación de Grecia, de manera que no caiga en la bancarrota mientras se negocian los detalles de su segundo plan de rescate.
El objetivo primordial de la reunión es alcanzar un acuerdo que permita el desembolso del quinto tramo de ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a Grecia, oficialmente cifrado en los 12.000 millones de euros, aunque otras fuentes elevan esta cantidad hasta los 18.000 millones.
"El asunto de las cantidades y el calendario aún está abierto. Es la clave", afirmó una fuente diplomática, quien insistió en que la cuestión de Grecia "debe llegar cerrada" a la cumbre de líderes de la UE de los próximos jueves y viernes.
La entrega del dinero a comienzos del mes de julio permitiría que el Gobierno griego haga frente a sus compromisos de julio y agosto, además de dar tiempo para que la UE y el FMI continúen discutiendo el punto más complicado: la contribución de los acreedores privados al rescate.
El acuerdo alcanzado el viernes al respecto entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, contribuirá sin duda a allanar el camino y guiar las negociaciones.
Merkel y Sarkozy abogaron por una fórmula sustentada en cuatro principios: la voluntariedad en la implicación del sector privado en el rescate, evitar el peligro de un credit event (incidente crediticio), la aprobación del Banco Central Europeo (BCE) a la fórmula acordada y la mayor rapidez posible.
Esta implicación de los acreedores se basará en el "espíritu de Viena" para esquivar las consecuencias que acarrearía la declaración de impago para la economía griega, pero también para los bancos expuestos a la deuda del país y los países periféricos de la zona euro, tal y como ha alertado reiteradamente el BCE.
"Viena" alude al modelo seguido en 2009 para mantener la exposición de los bancos a la deuda de los países del Este con problemas, y supondría un compromiso de las entidades para adquirir nuevos títulos de deuda cuando venciesen los que tienen en cartera.
Esta iniciativa implica una diferencia técnica pero fundamental respecto a la propuesta inicial del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble (de prolongar siete años el de vencimiento de los títulos griegos) con el objetivo de que no se declare impago de la deuda griega.
Fuentes diplomáticas explicaron que el giro en la política alemana es fundamental para desbloquear las negociaciones sobre el rescate griego y tranquilizar a los mercados, revueltos en las últimas semanas ante las diferencias en el seno de la zona euro y la posibilidad de que se les fuerce a contribuir al rescate.
También valoraron positivamente que la opinión del BCE sea tenida en cuenta en este asunto, pues se trata de un órgano independiente y con experiencia en la materia.
Sin embargo, las fuentes consultadas recordaron que permanecen importantes incógnitas sobre el segundo rescate griego antes de que pueda ser aprobado en su conjunto, tales como la cuantía total que alcanzará, la parte asignada a cada actor y el efecto sobre los bancos griegos.
El ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, valoró recientemente la contribución del sector privado en unos 25.000 millones de euros y calculó la aportación de la UE y el FMI en unos 80.000, aunque las cifras no son definitivas.
Las fuentes explicaron que el diseño del segundo rescate tomará tiempo, dado el carácter altamente técnico del mismo, y recordaron que el cambio de ministro de Finanzas en Grecia, efectuado ayer mismo, no contribuirá a acelerar los trabajos.
En este sentido, el presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, pidió ayer "responsabilidad" a los líderes griegos y también a sus homólogos europeos para que cada uno haga "su parte" para resolver los problemas de Grecia. EFE