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Nuevo director gerente

Cuenta atrás para la nueva cúpula del FMI

Lagarde sigue siendo la favorita pese a la irrupción de Fischer

Parecía que no iba a haber sorpresa y al final la hubo. O al menos, sorpresa relativa. El anuncio este fin de semana de que al tándem Lagarde-Carstens para suceder a Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI se le unía el gobernador del Banco de Israel, Stanley Fischer, no ha hecho sino poner de manifiesto que más allá de los nombres, existe voluntad de que el proceso sea transparente y se elija al nuevo director gerente por sus méritos profesionales y no por su nacionalidad. Ese fue el compromiso adquirido por el propio fondo en una nota cuando comenzó el proceso de renovación a finales de mayo.

Sea como fuere, lo cierto es que hasta conocer la decisión del gobernador del Banco de Israel, solo dos candidatos, la ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, y el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, habían hecho campaña por medio mundo para recabar apoyos en su carrera por dirigir la mayor institución financiera del mundo tras la dimisión de Strauss-Kahn, acusado de agresión sexual.

Fischer había reconocido públicamente que la dirección gerente del FMI era uno de los mejores cargos del sistema internacional, pero no se había comprometido a participar en la carrera sucesoria hasta el pasado fin de semana. "Surgió una oportunidad extraordinaria e inesperada, quizá una que no ocurra nuevamente para competir por la jefatura del FMI, la cual tras muchas deliberaciones decido aprovechar. Esto, pese a que es un proceso complicado y pese a las posibles barreras", explicó.

Ayer recibió los primero apoyos, del Gobierno de Israel, y los primeros elogios, al ser reconocido como uno de los gestores más brillantes. En cuanto a las barreras a las que se refiere, una de ellas puede ser su edad. De 67 años, obligaría al fondo a cambiar la norma que estipula que los candidatos deben tener 65 años o menos. Fischer, quien fue subdirector gerente del FMI y vicepresidente de Citigroup, podría tener que afrontar otro obstáculo como es su doble nacionalidad israelí-estadounidense, ya que algunos analistas interpretan que esta circunstancia molestará a los países árabes.

Así pues, a lo largo de esta semana se espera que el consejo ejecutivo del Fondo dé a conocer de forma oficial los nombres de los candidatos con el objetivo de terminar el proceso de selección el próximo 30 de junio. Existe la tradición, de 66 años de antigüedad, de que el máximo responsable de este organismo ha de ser un europeo, algo contra lo que se rebeló un grupo de países emergentes nada más conocerse que Lagarde aspiraba a suceder a Strauss-Kahn y el propio Carstens, quien días después admitió que es muy difícil acabar de golpe con una norma no escrita tan antigua.

Después de una campaña que se ha prolongado ya dos semanas en la que Lagarde y Carstens han recorrido medio mundo y hecho uso de las redes sociales para recabar apoyos, comienza la cuenta atrás decisiva en la que falta por conocer respaldos tan importantes como el de Estados Unidos o China.

La batalla por los apoyos

Lagarde sigue siendo la favorita, ya que cuenta con el apoyo de la UE y otros países pequeños, aunque ayer sumó el de Egipto e Indonesia (el primer emergente importante que se decanta por uno de los aspirantes). Y aunque a finales de mayo el G-8 (integrado por EE UU, Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá, Japón, Italia y Rusia) emitió un comunicado de respaldo a la candidatura francesa, este no comprometía necesariamente sus votos. Conviene recordar que solo disponen de puesto propio en el consejo EE UU, Japón, Alemania, Francia y Reino Unido. El resto de países se agrupa en torno al resto de sillas y sus integrantes se alternan como directores de la misma. Por ello, España, que apoya a Lagarde, deberá votar por Carstens. Paradoja del sistema.

El mexicano, de visita en Washington, cuenta hasta el momento con los votos de Belice, Bolivia, Colombia, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Ni siquiera los dos grandes del área: Brasil y Argentina, han clarificado aún su voto. Y por si fuera poco, los emergentes también pugnan por el número dos de la institución, ya que el actual, el norteamericano John Lipsky, ha anunciado su marcha en agosto. Todo un reto para el organismo.

Principales méritos

Estas son algunas credenciales de los candidatos:Christine Lagarde. Abogada. Desde 2007 dirige la política económica francesa. Es partidaria de políticas internacionales de supervisión y regulación del sector financiero.Agustín Carstens. Prestigioso economista liberal, le tocó manejar la segunda economía de América Latina durante su peor crisis desde 1930.Stanley Fischer. Es uno de los padres del llamado milagro israelí que ha superado la crisis con un crecimiento del 5,2% y un paro del 6%.

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