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Cuentas públicas

La trifulca autonómica amenaza el plan de déficit

Los resultados de las comunidades en el primer trimestre cuestionan el objetivo estatal de limitar el desequilibrio al 6% del PIB, con el peligro de elevar la prima de riesgo.

Ha sido perder el PSOE las elecciones del 22-M y destaparse la caja de los truenos. El Partido Popular gobernará ahora en casi todas las comunidades autónomas y en aquellas en las que reemplazará al PSOE se ha levantado suspicacia sobre el verdadero estado de las cuentas públicas. El mejor ejemplo es la guerra abierta en Castilla-La Mancha, donde los populares acusan a los socialistas de dejar un agujero oculto de 2.000 millones. Las cifras oficiales del Gobierno saliente son 5.819 millones de euros de deuda pública al cierre de 2010, 416 millones de euros de deuda con proveedores a fecha del 30 de abril de 2011 y 639 millones de euros de déficit público (1,7% del PIB regional). Más allá de la controversia sobre las cifras, los datos públicos del primer trimestre de 2011 ponen de manifiesto que si las autonomías siguen por el camino actual, España lo tendrá muy complicado para cumplir con los objetivos de déficit acordados con Bruselas.

El Gobierno aspira a cerrar el año con un déficit equivalente al 6% del PIB para llegar al 3% en 2013. En lo que se refiere a este año, la cuota que corresponde a los Gobiernos regionales es el 1,3%. Pues bien, ya en el primer trimestre, las comunidades acumularon un déficit del 0,46% del PIB (5.000 millones de euros, el doble que la Administración central). Solo tres regiones registraron superávit: Aragón, Galicia y La Rioja. Al ritmo actual, el desequilibrio final de 2011 superará el 1,8%, que está medio punto por encima del límite marcado.

Si bien eso es una cosa y otra, hablar directamente de quiebra. Valencia es el territorio más endeudado, con una tasa de deuda del 17,2% sobre el PIB regional. Hay 12 comunidades donde la deuda está por debajo del 10% del PIB. "No estamos ante una cuestión de sostenibilidad del Estado, ni de quiebra de las comunidades. Eso no va a pasar. Donde está el problema es en el cumplimiento del objetivo de déficit", puntualiza José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. "Difícilmente puede ser un tema de solvencia, porque detrás siempre va a estar el respaldo del Estado", confirma Gonzalo Gómez, investigador del Departamento de Economía del IESE.

Pero todo lo que añada incertidumbre sobre las cuentas públicas repercute directamente en el coste de financiación de toda la economía. "En el momento actual, cualquier cosa que induzca a pensar en mayor deuda transmite nerviosismo al mercado. El grado de desconfianza es enorme y mensajes como el de la situación en Castilla-La Mancha calan en el mercado", explica Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles. "Las regiones no van a hacer default, pero sí puede haber rebajas de calificación financiera y ahora mismo, cualquier problema en una entidad autónoma se transforma en un problema para España", resume el profesor Bernal. Esta semana la prima de riesgo soberano (medida como el diferencial entre la rentabilidad exigida a la deuda española y la alemana) ha pasado de 217 a 250 puntos básicos (de 2,17 a 2,50 puntos porcentuales). Hay que tener en cuenta que todas las autonomías con deuda a largo plazo cotizan con diferenciales de entre 100 y 200 puntos básicos sobre los bonos públicos españoles. De la misma manera, todo lo que se incremente en el coste de financiación de la deuda pública se traduce en un aumento de los costes para las empresas privadas y los bancos, que finalmente lo trasladan a los clientes. En conclusión las presiones sobre las autonomías terminan trasladándose en cadena a toda la economía.

El compromiso con los gastos

Y no solo eso. El espíritu espartano brilla por su ausencia a nivel regional. El gasto en el primer trimestre se incrementó un 5,44%, mientras que en todo el año pasado creció un 4,8%. La agencia de calificación Fitch publicó un informe el jueves en el que afirmaba que es preciso hacer un esfuerzo mayor y señalaba que los recortes actuales han tenido un efecto "nulo" por ahora. Fitch tiene en perspectiva negativa las calificaciones de las 10 comunidades que sigue.

De acuerdo con los datos del Ministerio de Economía, solo dos regiones han hecho un esfuerzo sólido de recorte de gastos en el primer trimestre, respecto al mismo periodo del año pasado. Se trató de, precisamente, Castilla-La Mancha (-15,7%) y Murcia (-9%). En contraste, Andalucía elevó sus gastos un 22,7% y Madrid, un 16%. Estas dos comunidades representan casi un 46% del déficit regional y su dinámica de gastos es observada por Fitch con "gran preocupación".

"Lo que da miedo es la velocidad explosiva con la que se están empeorando las cuentas. Los ingresos territoriales se han desplomado, mientras que los gastos siguen creciendo. Es una senda que no se puede sostener", explica Julio Gómez-Pomar, director del Centro de Innovación del Sector Público de PwC e IE Business School. Gómez-Pomar señala la sanidad como el gran caballo de batalla. "A la sanidad no se le consigue poner coto. Son precisas muchas acciones de gestión y también introducir medidas de disciplina para desincentivar la demanda. Es necesario una mayor disciplina en el uso de los servicios sanitarios", propone el experto del Instituto de Empresa. De acuerdo con los últimos datos de Farmaindustria, la patronal de los laboratorios farmacéuticos, la deuda autonómica con los laboratorios asciende a 5.191,9 millones.

Rápido endeudamiento

Los datos del Banco de España evidencian la rapidez con la que se ha producido este deterioro, motivado entre otras cosas por la caída de los ingresos relacionados con las actividades inmobiliarias. En los últimos dos años, la deuda de las comunidades ha crecido de media un 70%. Las cifras más llamativas son las del País Vasco, cuya deuda se ha multiplicado por cinco entre 2008 y 2010. En el mismo periodo, Murcia ha elevado su endeudamiento un 185%; Castilla-La Mancha, un 130%; Asturias, un 120%; Aragón y Navarra, un 100%, y Extremadura, un 96%. El mayor esfuerzo de contención ha tenido lugar en Madrid, donde el incremento en dos años tampoco es modesto: el 30%.

De acuerdo con Fitch Ratings, los costes de la deuda representaban al cierre de 2010 el 2,22% de todos los gastos de las autonomías. En el primer trimestre, esa carga ha pasado a ser el 2,98%. Los costes ascienden al 8,1% de la partida de gastos en Valencia, el 6,2% en Baleares y el 3,9% en Cataluña. Es decir, empieza a ser un asunto a vigilar.

Muchas autonomías han excedido los objetivos de déficit permitidos tanto en 2009 como en 2010. Esto obliga a los Gobiernos autonómicos a enviar un plan económico que ha de ser evaluado por el Consejo de Política Fiscal y Financiera y en el ínterin no tienen autorización para financiarse a largo plazo. Fitch ha detectado que esta situación ha hecho que en algunas regiones la deuda de corto plazo represente el 25% del total, con los problemas que esta dinámica conlleva, si bien el peso general del corto plazo en la deuda autonómica es del 6%.

Todo ello en un entorno en el que la crisis ha provocado un elevado desempleo, parón inmobiliario y un consumo muy débil. Esta situación repercute directamente en impuestos que son recaudados por las autonomías o transferidos en parte a ellas desde la Administración central: es el caso del IVA, el IRPF y el impuesto de transmisiones patrimoniales. La situación, con menos ingresos y más gastos, exige actuar.

Los ayuntamientos

Las corporaciones locales cerraron 2010 con una deuda de 35.442 millones de euros, 4.000 millones más que al comienzo de 2009. De ellos, 6.453 millones corresponden a Madrid. La cifra multiplica por cinco la deuda de Barcelona y es un 60% mayor que la suma de Barcelona, Sevilla, Valencia, Málaga y Zaragoza. A favor de Madrid hay que decir que en 2010 se redujo paulatinamente hasta regresar a los niveles de 2008.

La polémica de la 'deuda oculta': ¿un punto de PIB?

La polémica generada en el traspaso de poderes en las autonomías donde habrá cambio de Gobierno ha servido para centrar la atención en los problemas de la deuda autonómica, si bien los expertos minimizan el montante de esa deuda oculta, que podría ascender a cerca de un punto porcentual del PIB nacional, unos 10.000 millones de euros."De momento, es más ruido político que otra cosa. En todo caso, será un volumen pequeño. Es impensable que sea de otra manera", asegura el investigador del IESE Gonzalo Gómez."Siempre que llega un administrador nuevo, saca a la luz cosas que no le parecen normales. No dudo que habrá facturas sin pagar, eso pasa siempre y sería bueno que se hagan auditorías, pero en todas las comunidades", señala el profesor de la escuela de negocios Esade, Jesús Palau. "Pero el verdadero problema no es la deuda pública, incluida la autonómica, sino la deuda bancaria y privada", advierte Palau.

Comunidades clave

CataluñaLa Generalitat lleva cuatro años seguidos de alza en los gastos en intereses de la deuda, que en un año han pasado del 3,1% al 4,1% de los ingresos. Entre las debilidades, Moody's cita "un rápido incremento de deuda a corto plazo" y el "volumen sustancial de deuda comercial". En el primer trimestre del año, los gastos duplicaron a los ingresos.MadridLa deuda de la Comunidad de Madrid fue, a cierre de 2010, de 13.492 millones. Es en términos absolutos la más elevada del país, pero en términos porcentuales es del 7,1% del PIB, de las más bajas de España. Eso sí, el desequilibrio registrado en el primer trimestre elevaría el déficit de 2011 a 4.000 millones si el ritmo se mantiene todo el añoCastilla-La ManchaLa región más polémica sobre la situación real de sus cuentas. De momento, lo que sí es seguro es que es la que mayor déficit registró en el primer trimestre junto con Baleares: un 0,97% del PIB, que en su caso se traduce en 355,97 millones de euros. La región representa el 3,4% del PIB total, pero en términos de deuda, su peso rebasa el 5%.AndalucíaEn tres años, Andalucía ha duplicado su deuda, que a cierre de 2010 rebasaba ampliamente los 12.000 millones y da pocos visos de ir a poner coto a la situación. En el primer trimestre de 2011, con una caída de ingresos del 10%, solo superada por Baleares y Navarra, aumentó sus gastos un 22,7%, más que ninguna otra comunidad.

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