La banca abre la vía del despido como método de ajuste de plantilla
Con la crisis, el sector bancario ha pasado de efectuar sus ajustes de plantilla costeando totalmente las prejubilaciones a cargar una parte del coste al Estado. Bankinter y Banesto inician ahora una nueva tendencia, la del uso del despido improcedente para reestructurarse, según denuncian los sindicatos.
Los sindicatos llevan semanas protestando frente a las principales sedes regionales de Bankinter y Banesto al grito de: "No a los despidos". Esta quiebra de la paz social resulta extraordinaria en un sector que ha pactado la salida de miles de empleados desde que comenzó la crisis sin desatar ninguna confrontación. CC OO y UGT acusan a estas entidades de introducir el despido improcedente -en lugar de acordar prejubilaciones y bajas incentivadas- como medio de ajuste de su plantilla.
Las centrales sostienen que Bankinter ha expulsado por esta vía a 85 trabajadores en 2011. CC OO señala que la entidad ha cambiado su política de recursos humanos y ha dejado de negociar los ajustes con los sindicatos desde el pasado noviembre, cuando llegó la nueva consejera delegada, María Dolores Dancausa, que ya ocupaba ese cargo en Línea Directa. Desde el banco argumentan que de marzo de 2010 al mismo mes de 2011 se han producido un total de 84 salidas netas, que equivale al 1,84% del personal. "Se trata de salidas puntuales y justificadas por la reestructuración de la entidad", alegan, especificando que solo un tercio de ellas han sido despidos, mientras que la mayoría correspondían al vencimiento de contratos temporales.
En Banesto, a su vez, los sindicatos hablan de unos 60 despidos. El banco, que ha rehusado dar las cifras de salidas de 2011 hasta el cierre de semestre, aduce que durante todo 2010 tan solo se prescindió de un saldo neto de 50 trabajadores, lo que achacan al "funcionamiento normal" de la entidad.
Aunque las cifras distan de sonar alarmantes, resulta llamativo que estos ajustes hayan provocado la contestación sindical en un sector en el que hay entidades, como Bankia, en las que se ha cerrado con acuerdo la salida de más de 3.000 empleados. "Esto es solo el principio, habrá más despidos", aseguran desde las centrales. El modelo, en cualquier caso, resulta nuevo en el sector. Tradicionalmente, los bancos han pactado los ajustes, optando por prejubilaciones que sufragaban en su totalidad, antes con reservas, y a cuenta de resultados, desde 2004, por imposición del Banco de España.
Aunque los grandes bancos siguen operando así, la crisis ha llevado a algunos a prejubilar mediante ERE. Barclays firmó un acuerdo así ayer. En estos casos, el empleado cobra dos años de paro del Estado y recibe luego del banco cerca del 90% de su salario hasta que accede a la pensión de jubilación. Desde el sector, los responsables de recursos humanos de Sabadell o Ibercaja, entre otros, ya advertían hace semanas en este diario que la reordenación que afronta la banca puede convertir en familiar un modelo ajeno, el de los ajustes traumáticos.
Seis veces la indemnización media
El despido de un trabajador del sector financiero en España conllevaba una indemnización media de 61.224 euros a cierre de 2010. Casi seis veces el coste medio de la indemnización en el conjunto de la economía española, que asciende a 10.714 euros. A comienzos de 2008, cada despido costaba a bancos y cajas una media de 24.357 euros. El incremento experimentado por esta cifra -que llegó situarse en los 77.202 euros en el tercer trimestre de 2010- se debe a que, con el estallido de la crisis, las entidades han comenzado a prescindir de trabajadores de mayor antigüedad y sueldo.Aunque las cifras pueden parecer altas, distan mucho de los 300.000 euros que según el despacho de abogados Sagardoy cuesta cada prejubilación de las cajas de ahorros. Una cantidad a la que habría que sumarle los 53.688 euros que Trabajo estima que reciben estos desempleados del erario público, en concepto de prestación por desempleo, durante los dos primeros años.
El modelo tradicional
Prejubilación: es el modelo usual. Se propone a los empleados de más edad, conlleva cobrar dos años de paro y luego la empresa paga el 90% del sueldo hasta la jubilación.Baja incentivada: quien decide irse recibe, al menos, 45 días por año trabajado (límite de 42 mensualidades) y a veces una prima por antigüedad.