Seguridad a la fuerza
El aeropuerto privado de Ciudad Real es una espectacular infraestructura aeroportuaria en medio de la nada. Completamente terminada, se ha tragado una inversión de 640 millones. Fue dimensionada para 2,5 millones de pasajeros al año y hoy recibe apenas tres vuelos regulares semanales y una docena de aviones privados el fin de semana al servicio del negocio de la caza en la zona. Sus promotores tienen deudas con los 95 empleados que aún resisten y con más de 200 empresas que intervinieron en la construcción y se adjudicaron la prestación de servicios. Entre ellas, Securitas, a la que a pesar de habérsele terminado en enero el contrato, se le fuerza a mantener un equipo de 35 vigilantes con el fin de evitar que vuelen las instalaciones que tanto costaron y para tan poco valen.