El PP presiona al PSOE para que verifique en el Congreso si tiene apoyos
El PP y el PSOE se retaron ayer mutuamente a medir sus apoyos en el Congreso de los Diputados después de las elecciones del domingo, en las que los socialistas perdieron por 2,2 millones de votos y 10 puntos de diferencia. Los populares juegan con la opción de presentar una moción de censura para forzar la caída del Gobierno de Rodríguez Zapatero.
La secretaria general del PP y presidenta electa de Castilla-La Mancha, Dolores de Cospedal, flirteó ayer con la posibilidad de presentar una moción de censura para desbancar al Gobierno de Zapatero. Dijo que su partido está "por cualquier solución que permitiera anticipar las elecciones" generales, para lo que se mostró dispuesta a dialogar con todos los grupos parlamentarios.
Pero el PP es consciente de que no solamente necesitaría los votos de CiU sino que harían falta los votos de otras formaciones políticas en el Congreso. El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, afirmó que su partido no tiene alianzas que le comprometan a mantener al Gobierno, por lo que instó a Zapatero a que reflexione sobre cómo va a llegar a 2012.
El PP presionó también al Gobierno para que se sometiera a una cuestión de confianza en el Congreso para verificar, tras los resultados del 22-M, si dispone de apoyos suficientes para continuar gobernando "con estabilidad". Así se pronunció ayer la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz añadió que el PP hará auditorías internas de las administraciones autonómicas y de la mayoría de las municipales que herede del PSOE para disipar las sospechas sobre la situación real de las finanzas públicas.
El PSOE, lejos de arrugarse, rechazó ayer que el Gobierno vaya a presentar una cuestión de confianza en el Congreso. El portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, respondió con otro reto: "Si (el PP) quiere acabar con el Gobierno que presente una moción de censura". Alonso aseguró que el PSOE tiene apoyo parlamentario "suficiente" para abordar la acción parlamentaria hasta el final de la legislatura.
El portavoz socialista insistió en que el PP tiene la puerta abierta para presentar una moción de censura contra el Gobierno, pero esto supone disponer de un candidato alternativo. Alonso se preguntó qué grupos parlamentarios van a apoyar Mariano Rajoy además del PP. La moción de censura se pone en marcha si tiene el respaldo de al menos la décima parte de los diputados del Congreso. El grupo que la plantea ha de presentar un candidato y un programa alternativos, que son votados en la Cámara.
Ruido de fondo
Mientras tanto, el ruido de fondo aumenta en el PSOE. La hoja de ruta que se aprobó en el comité federal del 2 de abril, el día que Zapatero anunció que renunciaba a aspirar a un tercer mandato, determina que este sábado se determinaría el calendario de las primarias para elegir al cabeza de lista para las generales y descartaba la celebración de un congreso extraordinario del PSOE para renovar toda la ejecutiva. La vía de las primarias fue defendida el sábado por Zapatero en el comité federal y ayer dirigentes socialistas como Manuel Chaves o Álvaro Cuesta defendieron las elecciones internas. El vicesecretario general y coordinador del Comité Electoral, José Blanco, avisó ayer de que no quiere acuerdos "entre bambalinas" de cara a las primarias.
Pero el resultado del domingo ha sacudido las estructuras del PSOE y dividido a los socialistas. Por un lado, cada son más los que reclaman la celebración de un congreso extraordinario. Este el caso del lehendakari, Patxi López, que pidió dar este paso para dar "solución" y "respuesta" al retroceso electoral. López explicó que se trata de una propuesta aprobada de forma "unánime" por la Ejecutiva del PSE-EE y apuntó que el congreso podría celebrarse antes de fin de año y que el Gobierno agotaría la legislatura. "La respuesta a lo sucedido este domingo no pueden ser solo unas primarias sin proyecto". Y continuó: "Primero hay que decidir qué queremos ofrecer y luego decir quién abandera el proyecto".
Otra corriente cada vez con más seguidores dentro de las filas socialistas es la de una candidatura de consenso que evite unas primarias y con ello la sensación de división que se trasladará apenas unas semanas después de haber perdido las elecciones. Esta opción de un aspirante consensuado dentro del PSOE fue respaldada ayer por José Antonio Alonso, Diego López Garrido, Juan Barranco, Juan Carlos Rodríguez o Francisco Fernández Marugán.
Detalles
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