Decenas de alianzas en busca de tecnología punta
Muchos fabricantes se lanzan a la producción propia de baterías para rebajar su elevado precio
Nunca hasta ahora la puesta en el mercado de un nuevo coche había conseguido enfervorizar a todo un sector. El coche eléctrico, desde luego, se puede poner esa medalla. Basta comprobar cómo la mayoría de los fabricantes de coches han tardado apenas dos años en diseñar su propio modelo de vehículo eléctrico para no quedarse fuera de este negocio y, lo que es más trascendente para el conjunto de la automoción, han iniciado una acelerada carrera hacia la innovación. Un camino que está provocando decenas de alianzas estratégicas entre compañías de las diferentes áreas de actividad, tocadas por el nimbo del coche eléctrico, como única forma de desarrollar la tecnología más puntera.
Uno de los principales interesados en la implantación del vehículo eléctrico ha sido el Gobierno español, que ha hecho sus propios cálculos, pese a que todavía quedan muchos escollos e interrogantes por solucionar. Su empeño le ha llevado recientemente a subvencionar la compra de estos coches hasta un máximo de 6.000 euros. Pero las cifras son las cifras. En lo que va de año, apenas se han vendido un centenar de coches eléctricos en España, cuando las previsiones eran que en 2011 circularan más de 20.000.
Principalmente el precio, muy elevado debido sobre todo al coste de las baterías, junto a la infraestructura para la recarga, son los grandes escollos sobre los que giran gran parte de los esfuerzos de innovación de las alianzas empresariales. Y es que el coche eléctrico ha llegado a España en una difícil coyuntura económica, como han asegurado en la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
El Gobierno subvenciona la compra con 6.000 euros
Renault es uno de los fabricantes que se ha puesto las pilas en busca de soluciones. De hecho, mantiene acuerdos de colaboración con más de 100 empresas, entre los que destacan los firmados con NEC y LG para que les fabriquen baterías. Pero su planes son poner en marcha tres factorías propias, dos en Europa y otra en Estados Unidos, para abastecer a los vehículos de la alianza entre Renault-Nissan y de Nissan, respectivamente. E incluso vender baterías a otros fabricantes. La alianza Renault-Nissan ha invertido 4.000 millones de euros en el coche eléctrico.
Recurrir a la producción propia de baterías como forma de rebajar el precio de estos coches ha sido la fórmula también elegida por Peugeot, que además ofrece la posibilidad de recompra del vehículo mediante un renting. De hecho, el grupo PSA también está inmerso en el proceso de construcción de una fábrica de baterías para sus coches.
Asimismo, Daimler ha recurrido a las alianzas para intentar rebajar el precio de las baterías, que representa el 50% del valor del coche. Los acuerdos alcanzados con la compañía alemana Evonik y con la china BYD han permitido el desarrollo de las baterías que portarán sus modelos eléctricos, lo que rebajará sustancialmente el precio de los vehículos. La idea de Daimler es que los coches eléctricos apenas sean un poco más caros que los diésel en su misma gama.
Solucionar los problemas con la infraestructura de recarga es otro de los objetivos que aglutina también una gran cantidad de proyectos. Toyota, que tiene previsto comercializar en España el EV en 2013, acaba de firmar un acuerdo con la firma americana WiTricity para desarrollar tecnología de recarga inalámbrica mediante la resonancia. Esta solución permitirá cargar la batería, sin cable, aparcando cerca de un cargador integrado en un domicilio o aparcamiento público.
De la misma forma las compañías tecnológicas y eléctricas han comenzado a moverse para desarrollar infraestructura de recarga por toda España. En este marco destaca el convenio de colaboración entre Siemens y FCC, mediante el cual Siemens aportará la tecnología para los postes de recarga, implantados por FCC, y permitirá la recarga en serie de vehículos eléctricos (útiles para aparcamientos en estaciones, por ejemplo).
Por su parte, compañías como Endesa ya trabajan en el despliegue de la movilidad eléctrica en ciudades como Madrid o Barcelona y están presentes en los grupos internacionales de trabajo de estandarización de equipos.
Lo cierto es que, a día de hoy, el eléctrico aún tiene cuestiones que resolver.