Los vehículos híbridos, al asalto del enchufe
Los coches mixtos, de gasolina y electricidad, confían su futuro a la conexión a la red para ganar autonomía
La industria de la automoción que mezcla electricidad y combustible de origen fósil ha encontrado en el enchufe su mejor aliado para seguir creciendo. Hasta ahora, la tecnología híbrida, como se llama aquella que combina un motor de gasolina o diésel con una batería eléctrica, depende del frenado o de la parada del vehículo para recargar su batería.
El problema de estos modelos es que apenas permiten circular en modo eléctrico por la escasa autonomía de las baterías. Opel y Toyota serán los primeros fabricantes que pongan en el mercado en 2012 la última generación de vehículos híbridos enchufables, de baterías más grandes que permiten recorrer los primeros 20 a 25 kilómetros sin contaminar. Diversos estudios muestran ya que esa es la distancia que suelen recorrer los conductores en Europa.
La industria apuesta por la utilización del vehículo híbrido como un coche de ciudad, con la ventaja de que una vez agotada la batería, la máquina podrá recurrir a la gasolina o al diésel para continuar por carretera. Los híbridos enchufables son para la industria "fundamentales", explican desde Toyota.
La razón es que los actuales modelos generan electricidad a bordo, que se usa para acelerar, pero solo tienen gasolina como fuente de energía. Los nuevos modelos añadirán la electricidad de la red. Toyota puso los híbridos en el mercado en 1997 con su modelo Prius. "Todo el mundo decía que era un proyecto ruinoso, por ser un vehículo demasiado sofisticado y caro", explica José Manuel Menéndez, jefe de producto de la compañía. Aquel vehículo costaba cuatro millones de pesetas. La compañía había proyectado vender 30.000 unidades y la cifra se propulsó hasta las 100.000. EE UU y Japón han sido sus principales mercados. Llegó la segunda generación, y la tercera, en el año 2000 explotó en el mercado. En Japón se compraron 300.000 unidades en un solo año, "un éxito histórico", añade Menéndez. En total se han vendido más de tres millones.
Ahora, el resto de la industria ha seguido la apuesta ecológica de la compañía japonesa, que ha ganado fuerza gracias a la tendencia verde que invade todos los sectores. "Toyota supo encontrar un nicho de mercado muy bueno. El híbrido cambiará el uso del vehículo como lo conocemos hoy y transformará la movilidad urbana", explica Ricardo Conesa, director del programa superior de empresas del automóvil en la escuela de negocios IE Business School. Tan exitoso producto tiene un escollo, y es la autonomía de las baterías. Por ello, la compañía lanzará en 2012 su modelo híbrido puro, que permitirá una autonomía de 25 kilómetros solo en modo eléctrico. Puede parecer poca distancia, pero la marca quiere pararse ahí "porque cada kilómetro supone más peso y mayor coste de la batería", explica.
Que el resto de compañías hayan seguido la estela del fabricante japonés ha estimulado la oferta a los conductores de todo el mundo, sobre todo de los mercados japonés y estadounidense. En Europa está costando más que estos modelos arranquen. Honda cuenta con tres híbridos, con batería regenerativa, entre ellos el Honda Jazz, un cupé y el Insight.
Opel será el primer fabricante que ponga en el mercado el primer híbrido enchufable. Su modelo Ampera "elimina la ansiedad por la autonomía", según un comunicado de la compañía. La batería de este vehículo puede recargarse en unas cuatro horas, conectando el sistema de recarga a bordo del vehículo a un enchufe doméstico de 230 voltios. Al recargarse con bastante rapidez, y sin necesidad de ningún equipo especial de carga, la mayoría de estos vehículos podrán conducirse en modo eléctrico durante todo el tiempo.
Los primeros 40 a 80 kilómetros, la potencia es suministrada por la electricidad almacenada en la batería de ion litio de 16 kilovatios/hora. Mientras el coche funciona propulsado por la electricidad de la batería no consume nada de gasolina y no produce emisiones de dióxido de carbono. Para trayectos más largos, el motor o el generador puede extender la autonomía hasta más de 500 kilómetros con un depósito. Semejante despliegue tecnológico encarece este tipo de vehículo. El Ampera tendrá un precio en el mercado de 42.900 euros.
Ford también se ha sumado a la nueva corriente, aunque aún no dispone de modelos de última generación. La compañía comercializa sus modelos Fussion, Escape y Milan. El fabricante vende sus vehículos híbridos en EE UU desde hace cinco años, pero en Europa cuesta más que el conductor reaccione. "En España, el mercado está totalmente deprimido, pero incluso en momentos de bonanza el mercado está muy orientado por el precio. Hasta que este tipo de vehículos sea competitivo, su crecimiento será muy paulatino", explica su portavoz Victor Piccione.
Para Piccione, el atasco comercial de los vehículos híbridos también está en la acumulación de energía. "El 25% del coste final del vehículo recae en las baterías. Son muy caras, pesan mucho. Tiene que darse una reducción de costes en las baterías de hasta el 60%", añade. La compañía cree que el híbrido entrará paulatinamente en el mercado y que su irrupción será paulatina. "No creo que vaya a generar una revolución, el futuro no será una sola alternativa. Los combustibles fósiles tendrán un papel determinante en el futuro", añade Piccione.
Para Peugeot, "la crisis está teniendo un impacto. La oferta se ha restringido a un solo constructor, el resto empezó prácticamente en 2010", explican desde la empresa en relación al modelo pionero de Toyota. No hay fabricante que no reconozca que la marca japonesa ha hecho historia con su tecnología híbrida. Este fabricante está a punto de comercializar su modelo 3008 híbrido, un todo terreno que consume 3,8 litros de diésel cada 100 kilómetros y emite 99 gramos de CO2, un récord en el mercado actual.
Las cifras
1997 fue el año en el que la marca japonesa Toyota lanzó su primer modelo híbrido, Prius, un éxito rotundo en el mercado.2012 es el año en el que Opel y Honda sacarán su primer híbrido enchufable, que mejora la autonomía.25% del coste final de un vehículo de propulsión mixta son las baterías.