Aguirre, clave en la victoria popular en Castilla-La Mancha
El impulso de Guadalajara, convertida en ciudad dormitorio de Madrid, explica la histórica victoria popular en el feudo socialista.
Durante las últimas dos semanas, en la parte trasera de un buen puñado de autobuses de la EMT de Madrid aparecía un cartel del Partido Popular, en el que, estratégicamente destacadas entre un lema sobre un nuevo tiempo que llega en España, se leía el nombre de Esperanza. Al lado, lógicamente, una foto de Aguirre, la candidata del PP que ha vuelto a arrasar en la Comunidad de Madrid.
El hecho de publicitar su candidatura madrileña hablando de España parece sugerir mayores ambiciones políticas de la lideresa, que los resultados electorales avalan. No solo puede atribuirse un nuevo éxito en su comunidad, sino que el análisis de resultados extiende su influencia incluso al histórico triunfo de su partido en la vecina Castilla-La Mancha, otrora feudo inexpugnable del PSOE.
El partido socialista de la región impulsó hace poco una polémica reforma electoral por la que todas las provincias de Castilla-La Mancha se reparten hoy un número par de escaños, a excepción de Ciudad Real, tradicional feudo del PSOE que ha conservado pese a la marea popular.
Con la nueva distribución, para que el partido más votado en cualquiera de las otras cuatro circunscripciones lograse deshacer el empate a escaños debía sacar al otro en torno a un 10% de papeletas, tarea harto difícil.
La previsible (aunque, al final, mínima) victoria socialista en Ciudad Real otorgaba al PSOE el gobierno regional solo con que el PP no lograse una ventaja muy amplia en alguna otra circunscripción. La candidatura de Dolores de Cospedal lo logró en Guadalajara, la segunda provincia menos poblada de la región.
Los doce puntos de ventaja en voto popular llevaron al PP a apuntarse cinco escaños, por tres del PSOE. Lo justo para compensar y superar por la mínima la derrota en Ciudad Real. Así las cosas, Guadalajara, convertida ya en ciudad dormitorio de Madrid, inclinó la balanza. El tirón de Aguirre en la capital, superior incluso al de Gallardón, ha sido clave para llevar la ventaja alcarriana sobre los diez puntos y acabar con otro bastión socialista.