La crisis, su oportunidad

"Estábamos acostumbrados a la venta fácil de los servicios profesionales. La crisis está provocando que nos tengamos que reinventar". Son palabras del socio director de una ingeniería fundada hace 30 años.

Sí, las épocas de crisis son una oportunidad para las mentes flexibles, para quienes son capaces de cambiar. Cambiar o mejorar cuesta, pero es la única alternativa para quien desee sobrevivir o tener un papel relevante en un mundo profesional diferente, en el que los clientes, por fortuna, son los protagonistas principales.

Muchos profesionales están desorientados por este cambio de paradigma. No saben crear demanda de sus servicios profesionales. Tienen despachos carentes de objetivos claros, de estrategia de futuro y no saben conseguir nuevos clientes, los que realmente importan, aquellos que por valores, estilo y rentabilidad para el despacho son atractivos para éste.

Además, los clientes suelen presionar en precios, ya que no perciben diferencias entre despachos. Es lógico que no las perciban, porque los despachos profesionales no se preocupan por gestionar su percepción social en el mercado, lo que contribuye de manera decisiva a atraer y conseguir los clientes adecuados. Carentes de estrategia, los despachos confían en lo de siempre: los contactos y las relaciones. Confiar en los contactos y las relaciones es correcto si se hace en el marco de una estrategia de mercado y junto con otras actividades de promoción.

Los momentos de bonanza nos suelen convertir en conformistas y autocomplacientes. Quien siembra, es decir, invierte en su marca en épocas de bonanza y de crisis tiene más probabilidades de recoger frutos, de vivir la vida profesional que quiere vivir y que, a menudo, se merece.

"Quien no aplique nuevos remedios debe esperar nuevos males, porque el mayor innovador es el tiempo" (Francis Bacon)

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