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160 millones menos de recaudación hasta abril

Este nuevo escenario de guerra de precios abierto por Philip Morris afectará, sin duda, a los márgenes de los fabricantes en una cuantía que todavía nadie se atreve a pronosticar, porque nadie del sector cree que las cosas vayan a terminar aquí. Pero los accionistas de las tabacaleras no serán los únicos que pierdan. Quien sí verá seriamente mermadas sus expectativas va a ser claramente el erario público. Es evidente que, con un escenario de hostilidades encima de la mesa, se agudizará aún más la caída que se viene produciendo durante los primeros meses del año en los ingresos del Estado por los impuestos sobre el tabaco.

De acuerdo con datos facilitados por la industria, la subida de impuestos decidida por el Gobierno a principios de diciembre pasado, junto a la ley antitabaco que prohíbe fumar en lugares públicos cerrados, ha tenido un coste para las arcas públicas de casi 130 millones de euros en el primer trimestre del año. Tras la nueva caída producida en las ventas de cigarrillos el mes de abril, que fuentes del sector cifran en un 19%, la recaudación ha vuelto a verse mermada hasta sumar ya un total aproximado de 160 millones de euros.

Esta cantidad aún podría verse aumentada todavía más, atendiendo al descenso en la evolución de las ventas, provocado en gran medida por el aumento del contrabando. Por lo que a la vista de como se están configurando los actores del sector, será realmente complicado que el Gobierno, tal y como manifestó la vicepresidenta Elena Salgado con motivo del anuncio del real decreto que subía los impuestos del tabaco, pueda ver aumentados este año en 780 millones los ingresos por esa subida fiscal.

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