De estrella de la Bolsa a bono basura
El exmonopolio griego, OTE, brilla como uno de los líderes en Bolsa entre las telecos europeas. Pero lo que quieren los inversores lo rechazan las agencias de rating: ha sido degradado a bono basura.
Grecia tuvo que ser rescatada por su incapacidad para hacer frente a sus deudas y está a un paso de necesitar un segundo plan de salvamento. Se habla de una nueva reestructuración de su pasivo (lo mejor que se plantea es que pueda devolverlo en más tiempo, porque también las quitas están encima de la mesa), e incluso se ha especulado con que abandone el euro.
Mientras las finanzas públicas helenas sufren, las privadas lo hacen incluso más, con el consumo en plena depresión por las medidas de austeridad implantadas por el Gobierno hace un año.
Pero nada de eso ha enturbiado el camino bursátil de Hellenic Telecom (OTE), el exmonopolio griego de las telecomunicaciones. En caída libre desde 2007, esta compañía está viviendo un 2011 dorado en la Bolsa. De hecho, ha sido la operadora europea con mejor evolución en el parqué durante el año hasta que en el último momento Deutsche Telekom la ha superado, al calor del acuerdo para vender por una cifra millonaria su filial en Estados Unidos.
Proceso de venta
Las razones de la evolución bursátil de OTE son variadas. Pero la revalorización, que roza el 15% en cuatro meses y medio con todo en contra, ha estado sustentada en gran parte por la expectativa de que la venta de un 20% del capital que todavía está en manos del Estado griego caliente la cotización.
Y eso que el principal destinatario de esta participación no puede mostrar menos entusiasmo. Se trata de Deutsche Telekom, dueña del 30% de OTE, que tiene la obligación de comprar un 10% adicional si Grecia se lo exige con una prima del 15% sobre la cotización de los días previos al cierre de este ejercicio.
Deutsche Telekom ha dicho que comprará si es obligada (no le queda más remedio; está escrito en el pacto de accionistas) y que no tiene intención de adquirir acciones adicionales en Bolsa.
Pese a esta falta de pasión de la operadora alemana, OTE sigue subiendo en Bolsa. Pero una nota de Moodys's ha lanzado sobre el valor un baño de realidad.
Las agencias de calificación no son bancos de inversión. No recomiendan acciones y no cuestionan la valoración del mercado. Lo que hacen es examinar la capacidad de las compañías, las instituciones o los Estados para repagar sus deudas, así que sus recomendaciones no se dirigen a inversores, sino a acreedores.
Inversión especulativa
Y la recomendación para ellos sobre OTE ha sido demoledora. En una comunicación de ayer, Moody's ha rebajado un escalón la nota de la operadora griega y la ha dejado en Ba1, desde el anterior Baa3, con perspectiva negativa, lo que implica una posible próxima rebaja adicional. Detrás de esta combinación de números y letras se esconde un mensaje muy negativo de la agencia de calificación: la rebaja supone degradar a OTE al nivel de bono basura, de inversión especulativa. Eso quiere decir que Moody's cuestiona su capacidad de repagar lo que debe y alerta de ello.
Los comentarios que acompañan esta rebaja de calificación son poco halagadores para OTE. "La causa fundamental de la degradación es la revisión de las perspectivas realizada por Moody's tras analizar la evolución de la operadora en el primer trimestre, que muestra un deterioro en ingresos y generación de caja más intenso de lo anticipado", dice la agencia.
Futuro peor
Si a esos ingredientes se les añade una "contracción en el consumo doméstico" provocada por las medidas de austeridad implantadas en Grecia que herirá aun más las cuentas, el cóctel resultante llevaría por nombre no tocar, según la nueva calificación de Moody's para OTE.
Y es que la agencia cree que la evolución de la operadora griega continuará viéndose "severamente" afectada por las condiciones macroeconómicas, la fuerte competencia y las restricciones regulatorias. "Estos factores van a seguir impactando en el flujo de caja y las ratios financieras de la compañía más allá del nivel de tolerancia para lo que se considera el grado de inversión [de ahí la rebaja]", añade Moody's. Y eso, porque OTE tiene suerte y Deutsche Telekom cuenta con el 30% del capital y ha demostrado en el pasado su respaldo financiero a su filial. Si no, la situación sería peor. Por supuesto, que Grecia sea dueña todavía de otra buena parte de las acciones de OTE no supone ningún respaldo adicional, a juicio de Moody's.
Se podría decir que la estrella de OTE en Bolsa debería haberse apagado tras estos comentarios, pero no ha sido así. Después de dos días de bajada, las acciones de la operadora griega subieron ayer un 1,43%, así que la digestión de la rebaja de calificación no ha sido pesada. Hoy los títulos se resentían algo más, pero ya por motivos ajenos a la decisión de Moody's. Bono basura o no, los inversores siguen apostando por ella.