Las 'telecos' hacen aguas
Unas pinchan por el negocio doméstico, otras por el internacional y las hay que no aciertan con ninguno. Los malos resultados del primer trimestre han puesto el problema sobre la mesa.
Parece que no hay estrategia adecuada o que, al menos, las operadoras europeas de telecomunicaciones no dan con ella. Se trata de un mal que afecta sobre todo a los exmonopolios. Las razones son distintas y las intensidades, diferentes, pero cada vez que toca rendir cuentas con el mercado y publicar los resultados, la enfermedad demuestra que sigue ahí.
El primer trimestre de 2011 no ha sido una excepción. El mejor exponente es Deutsche Telekom, pero France Télécom, Telecom Italia, KPN y Belgacom también están contagiadas. Y todo apunta a que Telefónica tampoco va a librarse.
Todo empezó por los mercados domésticos. Deutsche Telekom comenzó a perder cuota de mercado a manos de sus rivales a una intensidad desconocida; lo mismo les sucedió a France Télécom, KPN y Telecom Italia, y Telefónica lo está sufriendo ahora casi más que ninguna. Los clientes comenzaron a moverse en busca de mejores precios y nuevos servicios y dieron la espalda a los exmonopolios.
Distintas direcciones
Ante esta situación las compañías han tomado dos direcciones distintas. Deutsche Telekom ha optado por centrarse en su mercado de origen, para mejorar la rentabilidad de sus operaciones nacionales y batir a los competidores en productos y servicios. France Télécom, Telefónica y Telecom Italia han seguido el camino contrario. No es que renuncien a mejorar en sus negocios domésticos, pero en estos momentos confían más en los de fuera para compensar las malas noticias patrias. KPN y Belgacom lo tienen más complicado. Una, por su escasa diversificación geográfica; la otra, porque tampoco puede sacar mucho peso de las operaciones fuera de sus fronteras.
Las intenciones están bastante nítidas, lo que no está tan claro es que las estrategias estén funcionando, al menos a corto plazo. El beneficio neto de Deutsche Telekom ha caído un 37,4% en el primer trimestre, el de Telecom Italia lo ha hecho un 8,7%, Belgacom y KPN han rebajado sus previsiones para el año y France Télécom no ha ofrecido el dato de las ganancias en sus resultados, pero sí el de ingresos, que caen. Telefónica publicará sus cuentas el viernes y tiene la ventaja de disponer de la contribución del porcentaje adicional de Vivo que compró el verano pasado para mostrar una mejora financiera, pero los resultados no serán comparables. Con los datos conocidos hasta ahora, el negocio nacional de la operadora muestra su cara más dramática y los analistas prevén que, incluso con el extra de la operadora brasileña Vivo, el Ebitda se resienta por ello.
Por ahora cada compañía está potenciando lo que mejor sabe hacer, aunque todavía no lo haga lo suficientemente bien como para compensar lo que sale mal.
Deutsche Telekom, por ejemplo, muestra una clara mejora en su mercado nacional, donde ha decidido centrarse, y es fuera de Alemania donde sufre. En Estados Unidos, su filial ha vivido uno de sus peores trimestres, pero la operadora germana ya se ha encargado de quitarse ese dolor de cabeza y vendérselo a AT&T. La operación ha sido acordada, aunque no se cerrará hasta el año que viene, si obtiene las autorizaciones necesarias. También ha pesado en sus resultados la mala evolución de las participadas griega y rumana.
France Télécom, en cambio, prefiere apostar por los mercados emergentes para compensar sus problemas domésticos. Francia ha pesado como una losa en el primer trimestre, aunque España lo ha compensado en parte. Pero no ha sido suficiente y para el futuro, la firma gala quiere más. Por eso ha puesto sus ojos en África y Asia en busca de crecimiento.
La estrategia a medio plazo de Telecom Italia no está muy definida. Por el momento sufre en su negocio local (las ventas en Italia cayeron un 7,6% en el primer trimestre), lastradas por la que era su actividad estrella y en la que hasta hace poco era imbatible: la telefonía móvil. Los ejecutivos de la firma sacan pecho de los resultados en Latinoamérica, donde el crecimiento es evidente y sirve para compensar el resto. Pero la presencia de Telecom Italia al otro lado del océano se limita a Brasil y en Argentina, y queda por ver cuánto dura el impulso.
En España, Telefónica está haciendo todo lo posible por mejorar sus cuentas, pero con muchas dificultades. Los resultados operativos no están acompañando porque la operadora, al igual que otros exmonopolios, está conteniendo su agresividad comercial para no perjudicar la rentabilidad y la generación de caja. A medio plazo, esta actitud está demostrando sus debilidades, porque ambos parámetros han comenzado a resentirse. La fuerte competencia no deja opción: o se bajan precios o se pierden clientes. Antes o después, cualquiera de las dos variables pasa factura en la cuenta de resultados.
La diversificación geográfica de Telefónica, su peso en Latinoamérica y su apuesta continuada por los mercados del otro lado del Atlántico han servido hasta ahora para balancear las cuentas. Pero sigue habiendo incógnitas. Telefónica ha dicho que las compras se han terminado, así que dentro de poco no contará con las ayudas de operaciones corporativas y tendrá que centrarlo todo en su propio crecimiento orgánico.
Nuevos negocios
Con los negocios domésticos heridos y con France Télécom como única protagonista de un proceso declarado de adquisiciones, los exmonopolios se aferran al potencial de los nuevos negocios para afianzar los ingresos del futuro. Dar el salto a los servicios de valor añadido, ser competitivas en aplicaciones, lograr que Google comparta con ellas sus ingresos..., hay varios frentes y posibilidades abiertos. También empiezan a probar la colaboración entre ellas para ahorrar costes, ya que la verdadera consolidación en Europa parece descartada. Eso sí, es un camino nuevo e incierto cuyos resultados están por demostrarse.
Por ahora, la Bolsa les está dando un voto de confianza. Tras un inicio de año para olvidar, la operación de Deutsche Telekom con su filial en Estados Unidos resucitó algo las cotizaciones. Es cierto que salvo la operadora alemana, que sube más de un 16% en el año, la siguiente que más gana de los grandes exmonopolios europeos es Telecom Italia y su alza acumulada se limita al 4%. Telefónica y France Télécom se quedan por debajo del 1%, lo mismo que el sector de telecos europeas en su conjunto. No es mucho, pero, al menos, tiene signo positivo.