El euro se asoma a 1,5 dólares, inmune a los problemas de Europa
La divisa se beneficia del diferencial de tipos con EE UU
El mercado es un mundo de contrastes e ironías. Por un lado, el miedo a la reestructuración de la deuda griega y sus consecuencias frena las Bolsas y mantiene las primas de riesgo de los países periféricos en niveles elevados, mientras que por otro el euro constata su fortaleza día a día. Tanto es así que ya se dirige a la conquista de 1,5 dólares tras tocar máximos de abril de 2009 la semana pasada. Motivo que los expertos achacan al creciente diferencial de tipos de interés entre Europa y EE UU.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dejó claro la semana pasada que seguirá favoreciendo la debilidad del dólar con su política monetaria. Prometió tipos de interés entre el 0% y el 0,25% durante "un periodo prolongado de tiempo" y confirmó que completará su segundo plan de compra de deuda pública, el llamado quatitative easing dos, para revitalizar la economía. Una política que contrasta con la aplicada BCE, autoridad monetaria que acaba de subir los tipos de interés un cuarto de punto hasta el 1,25% y ha enviado el mensaje de que no será el último encarecimiento del precio del dinero del año.
"La fortaleza del euro se explica fundamentalmente por el diferencial de los tipos de interés. Ese motivo justificaría ver un euro en 1,5. La razón por la que cotiza por debajo de esa cota es la crisis de deuda soberana. Pero por este mismo motivo en mi opinión debería estar más cerca de 1,40", explica Anton Brender, economista jefe de Dexia AM.
Con todo, la semana pasada el euro llegó a escalar hasta 1,488 dólares tras la reunión que mantuvo la Reserva Federal. Un avance que situó la divisa en un nivel que no veía desde abril de 2009 y muy lejos de los 1,19 que llegó a tocar en junio de 2010 cuando se llegó a poner en duda su supervivencia tras el rescate a Grecia. El euro, de hecho, inició una importante trayectoria alcista a principios de enero y en lo que va de ejercicio se ha revalorizado ya un 11,17% frente al dólar.
"La fortaleza del euro también se explica por el encarecimiento del precio del petróleo. Un euro fuerte ayuda a reducir la factura energética. En Europa no podemos permitirnos un dólar fuerte porque se dispara la inflación los tipos", añade Javier Niederleytner, profesor del IEB.
La paradoja está en que cuanto más se solucionen los problemas de deuda en Europa más se beneficiará al euro, aseguran los entendidos. Una mala noticia para las economías con un mayor perfil exportador como Alemania aunque al mismo tiempo no tan mala si el precio de las materias primas, que se pagan en dólares, sigue desbocado.