_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Energía reactiva y ahorro energético

Uno de los aspectos esenciales para el devenir de la economía española, pero también mundial, va a ser lograr reducir el consumo energético, sin que ello suponga una reducción del crecimiento potencial. Además, el consumo energético deberá ser cada vez menos dependiente de energías fósiles, así como de la opción nuclear, máxime después del episodio de Japón.

Las claves para este nuevo paradigma, ahorro y predominio de energías limpias, son varias, pero hay dos que sobresalen por encima del resto. La primera es que hay que involucrar decididamente a los hogares y a las Administraciones en el campo del ahorro energético, y la segunda es que es factible un mix energético donde predominen las energías renovables, especialmente eólica, fotovoltaica, pero también biomasa, la gran olvidada en los planes energéticos.

En el campo de los hogares, España sufre un atraso considerable en lo que debería ser una estrategia de Estado. En este sentido, choca mucho el escaso desarrollo de la energía solar en los hogares, a pesar de ser un país con muchísimas horas de sol. En este sentido, Alemania es, con diferencia, el país europeo con mayor superficie de paneles solares en los hogares, con más de 7 millones de metros cuadrados. Conviene destacar, por ejemplo, que poca gente sabe que hay subvenciones por parte de ayuntamientos y comunidades autónomas, a través del IDAE, y también ahorro fiscal de hasta un tercio del IBI, por su implantación. También empiezan a verse desarrollos tecnológicos tendentes a poder instalar en los hogares miniestaciones eólicas, que permitirían un ahorro energético considerable.

Pero es en el campo de los grandes consumidores industriales y públicos donde la tecnología y la capacidad de implementación es más factible a corto plazo. Estos desarrollos tienen que ver con la posibilidad de eliminar, o incluso poder almacenar y reutilizar, lo que se denomina energía reactiva. Técnicamente, se trata de un equipo electrónico, capaz de estabilizar y regular la tensión de una instalación trifásica y actuar como recuperador de la energía reactiva que se produzca en dicha instalación. Esta innovación, ya probada en laboratorio, está en fase de implementación en algunas grandes superficies industriales y podría ser un gran avance también para muchas Administraciones públicas, especialmente ayuntamientos, cuyo presupuesto en alumbrado público supone, a veces, hasta el 60% del total del presupuesto total. Mediante un sistema de detección de la tensión de entrada, tensión de salida y corriente consumida, se efectúa una corrección de la salida en función de los distintos algoritmos que se quieran introducir, tales como detectores de presencia, intensidad luminosa y crepuscular, temperatura y otras variables físicas. A través de la detección de desfase de corriente/tensión, se establece una corrección sobre el sistema que permite la eliminación de la componente reactiva, recuperándola y llevándola a un sistema de rectificación y almacenamiento en sistemas de baterías o condensadores. æpermil;sta energía almacenada se inyecta de nuevo al sistema donde se sincroniza y aprovecha convirtiendo ésta energía reactiva en energía activa recuperable.

La primera fase del proyecto, es decir la eliminación de la energía reactiva, ya está en funcionamiento con éxito en algunas grandes empresas como Fiat o Carrefour. En estas, se están obteniendo ahorros energéticos superiores al 35%. En algunos casos (FIAT) superiores al 62%. En el campo de la iluminación en viarios públicos, la aplicación sería para farolas de vapor de sodio, mercurio y halogenuros metálicos, donde la subida de tensión en periodos nocturnos es muy alta provocando aumentos de consumos y deterioro de las lámparas sometidas a tensiones superiores a 250 VCA. Aquí se obtienen dos beneficios: bajada del consumo por estabilización y regulación del flujo luminoso y ahorro en el mantenimiento de lámparas, al hacerlas funcionar en condiciones óptimas. Se puede garantizar por este sistema un ahorro en determinadas circunstancias del 45%. Otras aplicaciones posibles pueden ser la alimentación a motores, compresores, equipos de aire acondicionado industriales, cámaras de congelación etc. También aquí la componente reactiva es realmente importante. Pero también equipos de iluminación por fluorescencia, donde la componente reactiva debida a las reactancias electromagnéticas son enormes. Por último, son también clientes potenciales depuradoras de piscinas tanto públicas como privadas, depuradoras Industriales, potabilización etc.

Unas recientes simulaciones realizadas para algunos ayuntamientos muestran unos porcentajes de ahorro muy significativos, como por ejemplo el llevado a cabo para Torrevieja que para una factura mensual de 230.000¦euro; en electricidad, el ahorro es de más del 30%, con un ROI de la inversión de apenas 16 meses. Esto puede ser la vía para que muchas Administraciones públicas, pero también grandes consumidores de energía alcancen tasas de ahorro muy notables, lo que redundará en menos emisiones a la atmósfera, pero así mismo una corrección de nuestro déficit corriente. Atrévanse.

Alejandro Inurrieta. Economista y consejero de RAC Consulting

Archivado En

_
_