Una mayor esperanza en el rally plateado
La mayor revalorización protagonizada por la plata tuvo lugar en 1979, cuando el metal pasó de valer apenas seis dólares la onza a rozar los 50. Un incremento del 434% en apenas 12 meses del que fueron responsables dos hermanos. Nelson Bunker Hunt y William Herbert Hunt, herederos de una saga de petroleros tejanos, se hicieron con aproximadamente un tercio de las reservas mundiales de plata. El elevado apalancamiento en el que incurrieron para ello provocó una debacle en los mercados cuando los precios comenzaron a bajar y los hermanos Hunt se vieron incapaces de hacer frente a la hecatombe. En 1981 la onza costaba ocho dólares. Desde entonces, el precio de la plata se ha mantenido relativamente estable hasta el estallido de la actual crisis, en la que ha subido un 362% hasta los 48,9 dólares.
Al igual que ocurre con el oro, los analistas están divididos en torno a cuál será el recorrido de este alza, y sobre si semejante precio es sostenible en el tiempo. A favor juega el hecho de que la plata tiene más usos que el oro -del que solo un 10% se dedica al área industrial- por lo que la demanda no se sustenta tan fuertemente en su valor como activo refugio.
"Da algo de miedo ver el recorrido tan vertical que lleva. Parece que las perspectivas siguen siendo positiva pero parece difícil que puedan seguir dándose incrementos tan espectaculares", cuenta Pepe Hinojo de Renta 4. Con todo, la mayoría de las valoraciones son más optimistas en cuanto a la plata que sobre el oro. "Tiene mucho más recorrido. El oro está en máximos históricos, pero el récord de la plata es discutible. Ajustando la inflación, el precio al que llegó en 1.980 sería hoy de 130 dólares. Desde los 49 en que está ahora, le queda mucho por hacer", plantea Daniel Pingarrón, de IG Markets.
La hora del platino. Un tercer metal beneficiado por la crisis ha sido el platino, que ha pasado de los 771 dólares la onza en 2008 a los 1.839 dólares. Este incremento, del 138%, podría ser aún mayor si el terremoto de Japón, uno de los grandes productores, no hubiera ocurrido.