Tampoco hay dinero para la cultura
El Estado se ha apretado el corsé en 2011. La ferocidad ahorradora del Gobierno le ha dado un buen bocado a casi todas las partidas presupuestarias. Las destinadas a cultura no son una excepción. La industria del entretenimiento busca soluciones.
El prosaico objetivo de reducir el déficit público ha visto mermado en casi 78.000 millones el capítulo del Ministerio de Cultura para este año, un 8,5% menos que en 2010. La cifra agregada de los dos últimos años da un descenso del 23%, según datos del Instituto Autor, entidad dependiente de la SGAE. El Estado es el principal financiador en el campo de las artes plásticas y escénicas. Sobre todo a través de las Comunidades Autónomas, muy presionadas en la farragosa tarea de disminuir su déficit. Las consecuencias: la Junta de Andalucía y la de Castilla y León han adelgazado considerablemente las asignaciones a sus iniciativas culturales. El programa andaluz de promoción y difusión del arte contemporáneo Iniciarte verá reducido su presupuesto de este año en un 38%. Y el Musac de León, uno de los museos más prestigiosos del panorama nacional, acumula un recorte del 30% desde 2008.
El cerrojazo del dinero público no sólo afecta a las entidades culturales propiedad del Estado. "Las instituciones públicas son también los principales compradores de arte, muchas veces lo hacen directamente a las galerías", sostiene Eva Moraga, abogada especialista en el mercado del arte. Aboga como alternativa por una mayor interacción entre los creadores y la empresa privada. "Existe un prejuicio por parte la comunidad artística, un temor a que los intereses privados provoquen cortapisas a la libertad de expresión" afirma Moraga. El proyecto Disonancias, implantado en el País Vasco, es un claro ejemplo del nuevo paradigma, según la especialista. Una iniciativa de gestión cultural concebida como una plataforma de mediación e impulso de las relaciones entre empresas, centros de investigación y artistas. Su próxima acción girará en torno a la candidatura de Segovia a capital europea de la cultura en 2016.
En 2007 se anunció el mega proyecto de rehabilitar los 30.000 metros cuadrados del edificio de la antigua Tabacalera de Madrid y su reconversión en el Centro Nacional de Artes Visuales. César Antonio Molina, el entonces ministro de Cultura, anunció un presupuestó en 30 millones de euros. A día de hoy, está en punto muerto. La austeridad en la Comunidad de Madrid llegó en 2009 al extremo de eliminar la consejería de Cultura como tal para integrarla en la cartera de Vicepresidencia. Y el reciente anuncio de la rebaja del al menos el 10% en todas las consellerías de la Generalitat de Cataluña, ha provocado protestas de diversos sectores agrupados entorno a la plataforma "No retalleu la Cultura".
Peso en el PIB
El sector cultural aportó el 3,8% del PIB español en 2008, última actualización publicada por el ministerio. Estás cifras incluyen las actividades relacionadas con la Propiedad Intelectual, como publicidad e informática. Pero obviando estos dos campos, la industria editorial, la radio y la televisión son los que más peso tiene en la aportación cultural al PIB. Curiosamente, son los sectores que menos ayudas directas reciben de la Administración, según Rubén Gutiérrez, coordinador del área de estudios del Instituto Autor.
"No es época de cambio, sino cambio de época". Este fue uno de los axiomas que se discutieron el foro La financiación de las Industrias culturales organizado hace un par de semanas en Madrid por la asociación de juristas DENAE y El Instituto Autor. "La cadena de valor ha cambiado, pero existe más oferta y demanda cultural que nunca", expuso durante el acto el profesor del IE University, Juan Luís Manfredi. El negocio de la música vive desde hace más de un lustro su propia crisis de identidad, a la que se ha sumado el maltrecho entrono económico de los últimos años. Las nuevas tendencias de en la industria musical pasan también por colaborar con otros sectores. "La música debe aprender a cambiar o coexistir con el resto de las Industrias creativas, como la publicidad", alertó Ventura Barba, ex secretario general de Yahoo! España y actual director de la consultora de empresas culturales Tenzing Media. Fenómenos como la venta social o el product placement ganan cada vez más terreno. El último videoclip de Britney Spears salió a la palestra durante la conferencia como ejemplo a seguir. La princesa del pop ingresó medio millón de dólares gracias a colocar varias marcas dentro de su video clip, según la revista norteamericana Tmz.
Rocío Campos, socia de KPMG Forensic destacó la elevada concertación del mercado del entretenimiento. Seis empresas, Prisa, Mediaset, Vocento, RSC Mediagroup y Planeta, se reparten el 60% del pastel editorial y de los medios de comunicación, según Campos. Deslizó también la progresiva asimilación de las empresas de telecomunicaciones como un agente más del sector cultural y expuso como formula "las alianzas entre empresas tradicionales y de la nueva economía".