La inmobiliaria Cosmani será liquidada tras tres años en concurso de acreedores
Cosmani fue de las primeras compañías en España que puso a prueba seriamente la Ley Concursal modificada en 2003 -sometida en la actualidad a una nueva reforma legal tras la acometida ya en 2009-. La compañía, con una deuda de 333 millones, comunicó su situación de insolvencia hace más de tres años, en marzo de 2008, cuando empezaba a popularizarse el término "concurso de acreedores", que sustituía a la anterior denominación, "suspensión de pagos".
Una semana después de pedir concurso, un directivo de la compañía comentaba a este diario: "La nueva ley", decía esperanzado, "es más anglosajona, tiene vocación de buscar la continuidad de la compañía por encima de todo. Ahora podemos negociar con los acreedores algo más liberados y presentar un plan de viabilidad que nos permita seguir operando, aunque con alguna intervención".
Tres años después el juez que tramita el concurso de Cosmani, Félix Salgado, del juzgado de lo mercantil número siete de Madrid, ha acordado la apertura de la fase de liquidación de la compañía, dado que no se ha presentado o no se ha alcanzado acuerdo para formalizar un convenio de acreedores, según un auto facilitado ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Los principales acreedores de la inmobiliaria son 23 entidades financieras.
Según el informe de situación patrimonial presentado en septiembre de 2008 al juez por la administración concursal, Cosmani contaba con unos activos valorados en 264,04 millones, una cifra que cubre el 79,3% de las deudas.
En el auto el juez declara el cese de los administradores de las sociedades concursadas, que serán sustituidos por los administradores concursales -Cristina Jiménez, Juan Carlos Carazo y Javier Santos-.
Ni la reforma de la ley concursal de 2003, ni la de 2009, y tampoco la que hay ahora en marcha, que previsiblemente será efectiva antes de fin de año, han sido suficientes para evitar la liquidación de Cosmani, como ocurre, de acuerdo con las estadísticas, en más del 90% de las empresas que entran en concurso.