Italia y Francia, por la vía láctea
Hablemos de coincidencias. El gigante francés Lactalis lanzó una oferta pública de adquisición (opa) sobre su rival italiano Parmalat el mismo día que Nicolas Sarkozy y Silvio Berlusconi celebraban una cumbre especial para ultimar las crecientes diferencias entre los dos países. Ambos tienen mucho de lo que hablar además de yogur y camembert. Pero los 3.400 millones de euros ofrecidos por Lactalis no mejorarán una atmósfera de entendimiento.
El objetivo de Lactalis es adelantarse a un intento del Gobierno italiano por frustrar la opa, ya sea cambiando la ley, o mediante una solución italiana para contrarrestar las ambiciones del grupo francés, que ya posee el 29% de Parmalat. Desde esa perspectiva, la velocidad debería ser lo fundamental aunque parezca que Lactalis está invitando a una contraoferta.
En los últimos tres meses, el ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, ha tomado la delantera para tratar de construir un contraataque italiano a la oferta del grupo francés. Y se espera que encabece esta defensa el banco italiano Intesa Sanpaolo, que posee una participación en Parmalat. Tremonti ya ha dado el tiempo para reagrupar el campamento italiano mediante un decreto especial que autoriza a Parmalat a retrasar una crucial junta de accionistas.
La oferta de Lactalis es probablemente solo un movimiento táctico inicial, que a la vez desafía la parte italiana para que esta dé una oferta mejor. Pero también supone exponerse a cierto peligro, ya que el grupo francés corre el riesgo de un contraataque político si estimula aún más la creatividad proteccionista de Tremonti. Si la oferta señala el comienzo de una guerra justa de ofertas, sin embargo, los accionistas de Parmalat tendrán mucho de lo que alegrarse.
Pierre Briançon