Trichet asegura que el BCE está "alerta" para evitar los efectos inflacionarios de segunda ronda
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, ha defendido que es "extremadamente importante" que la institución siga anclando de forma sólida las expectativas de inflación y ha recalcado que es necesario "estar alerta" para evitar que los riesgos de efectos de segunda ronda de la inflación que existen actualmente se materialicen.
"Es extremadamente importante continuar anclando sólidamente las expectativas de inflación en un periodo marcado por la incertidumbre y las turbulencias (...) Existe riesgos de efectos de segunda ronda aquí y allá. Tenemos que estar muy alerta para que no se materialice", aseguró Trichet en una entrevista con los medios finlandeses Helsingin Sanomat y Kauppalehti.
En este línea, el presidente del BCE aclaró que actualmente no ve que ninguno de estos riesgos se esté materializando "de forma significativa", así como tampoco una desviación de las expectativas de inflación, pero incidió en que "no es momento para la complacencia".
Asimismo, defendió la última subida de tipos en un cuarto de punto realizada por el BCE y rechazó las afirmaciones de que se trata de un fenómeno transitorio, debido al impacto de los precios de la energía y las materias primeras, sino de algo más permanente. "Esta percepción no es aceptable para el Consejo de Gobierno del BCE, que es responsable de la estabilidad de precios en el medio plazo", agregó.
El presidente del BCE recordó que sus decisiones sobre los tipos de interés ya han sido criticadas en el pasado teniendo en cuenta el corto plazo, pero recordó que la institución siempre tiene en mente el medio y el largo plazo y que está demostrado que la inflación esta bien anclada para los próximos cinco y diez años, gracias a su credibilidad.
Preguntado por la influencia que tienen en sus decisiones la situación de algunos bancos y algunas finanzas públicas de la eurozona, Trichet recordó que su mandato es garantizar la estabilidad de precios en la eurozona y no llevar a cabo una política concreta para los estados que crecen más rápido y otra para los que atraviesan dificultades.
En este sentido, incidió en la "estricta separación" que existe entre la política monetaria del BCE, diseñada para garantizar la estabilidad de precios, y las medidas no convencionales, diseñadas para restaurar la transmisión de su política monetaria, por lo que es posible adoptar el tipo de interés adecuado a la situación aunque los mercados aún no funcionen perfectamente.
El presidente del BCE no quiso concretar cuándo se suprimirán estas medidas no convencionales, como por ejemplo cuándo dará por finalizado el programa de compra de deuda pública en los mercados secundarios, pero recordó que son "temporales por naturaleza".