_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los inversores quieren más Corea del Sur

Las acciones de Corea del Sur ofrecen un juego lógico tras las dificultades del terremoto y de la recuperación de Estados Unidos. Pero es un negocio arriesgado vulnerable a las sorpresas a corto plazo que puedan darse en los datos económicos. Los inversores que se aventuren en Corea necesitan protegerse contra las malas noticias de Estados Unidos, o contra las buenas noticias en Japón.

El mercado de valores de Seúl ha sido uno de los que mejor se han comportado desde el desastre japonés, con un aumento del 10%. Con la producción japonesa de chips y coches atravesando dificultades debido a la escasez de energía y de componentes, los inversores extranjeros apuestan por que las compañías coreanas rellenen el hueco. Han adquirido gran cantidad de acciones coreanas desde el terremoto en por lo menos 4.100 millones de dólares.

Y como consecuencia han surgido enormes ganadores de inversiones, como Hyundai BNG Steel, que ha crecido un 98% desde el 15 de marzo. Otros como SK Holdings, fabricante de semiconductores, ha aumentado un 45%.

Los riesgos abundan. Si Japón puede restablecer su producción de los materiales y componentes esenciales dentro de tres meses, la sustitución de la bonanza coreana puede que nunca se materialice. Y con la flexibilización cuantitativa de la Fed que debe concluir en junio, no queda claro si la recuperación de Estados Unidos seguirá en movimiento.

La perspectiva de la economía coreana tampoco es tan de color de rosa. La economía es especialmente vulnerable a los altos precios del petróleo. Y el banco central ya está luchando contra la inflación con una combinación potencialmente peligrosa de altos tipos de interés y una apreciación de la moneda. La moneda ha subido un 15% desde mayo. Si se deja aumentar demasiado rápido, los exportadores se verán afectados. Si se aumentan los tipos de interés con demasiada rapidez, los hogares coreanos que están muy endeudados podrían empezar a quebrar. Para los inversores en los mercados coreanos, el aumento de las exportaciones y el incremento de la moneda plantean una mezcla fuerte. Deberían estar bien asesorados para defender sus posiciones de alguna manera con algún conocimiento de los bonos de cupón cero coreanos -o por el índice de las ventas a corto plazo. Corea está de moda esta primavera, pero una nueva estación podría cambiar el clima de inversión.

Wayne Arnold

Archivado En

_
_