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La aversión al riesgo heleno en plena escalada

Grecia, abocada a la reestructuración

Grecia sigue batiendo récords. El país heleno ha vuelto a superar el interés pagado en la anterior subasta a tres meses a cambio de conseguir una financiación que cada vez se le pone más difícil y que parece abocar al estado a una refinanciación de su deuda.

El primer ministro griego, George Papandreu
El primer ministro griego, George PapandreuEfe

Batir récords ha dejado de ser noticia para Grecia. Cada vez que acude al mercado en busca de financiación, el país heleno se ve obligado a pulverizar la rentabilidad exigida en la anterior subasta para poder conseguir financiación. La jornada de hoy no ha sido una excepción. El 3,85% ofrecido a los inversores en la última emisión a tres meses se ha quedado pequeño y Atenas no ha tenido más remedio que pagar un 4,1% para conseguir recaudar 1.625 millones de euros, un importe que a pesar de todo rebasa los 1.250 millones previstos.

El precio abonado supone quintuplicar la rentabilidad que se le exigió al Tesoro español hace diez días por títulos a 11 semanas aunque surgen dudas sobre quién ha pagado tan elevados costes. De hecho, los rumores hablan de que ha sido el Fondo de Estabilidad Financiera (EFSF en sus siglas en inglés) quién ha adquirido el importe principal, algo que no debería de soprender si se tiene en cuenta que entre sus funciones está la de comprar bonos en el mercado primario. Esta vez los inversores extranjeros se quedaron con un 36% frente al 60% anterior, un signo más de la desconfianza que genera todo lo que provenga del país mediterráneo.

Esta operación se ha celebrado en un ambiente de incertidumbre ante las noticias que especulan con la posibilidad de que Atenas pueda solicitar, si es que no lo ha hecho ya según revelan algunas publicaciones, una reestructuración de su deuda. Para muchos expertos, el 21% que paga actualmente por financiarse a dos años, un nivel desconocido en la zona euro, es insostenible. Estas voces hablan de que será imposible superar esta situación sin devolver menores cantidades de las recibidas, un escenario que los líderes europeos consideran que sería catastrófico. Este escenario implicaría el veto de los mercados financieros a Grecia, es decir el mismo lugar a donde ha acudido hoy mismo en busca de fondos.

En el mercado secundario, donde se negocian los títulos ya emitidos, la situación de Grecia no es mucho mejor. Los operadores ya dan por descontada una quita en los importes de los bonos y exigen unos intereses cada vez más altos en el corto plazo. A cinco años ya se exige un 19,3% y a una década, los utilizados como referencia, la rentabilidad está en el 14,6%. Esta presión se hace notar también en la prima de riesgo, que es el diferencial entre este interés y el de los bonos alemanes al mismo plazo, que ha alcanzado hoy los 1.1467 puntos básicos, máximo desde que se comenzó a llevar el registro de la cotización en 1998.

Todo estos datos empiezan a confirmar que los inversores ya dan por segura la renegociación de las obligaciones de pago por parte de Atenas. Cada vez la deuda paga intereses más cercanos a los tipos de interés que se pagan por los créditos concedidos por el FMI y la UE y con un mercado a corto que va cerrándose progresivamente. Las palabras de los portavoces oficiales negando la posibilidad empiezan a sonar igual que cuando hace 24 meses decían que no necesitaría ser rescatadas. Una postura que posteriormente también repitieron Irlanda y Portugal.

El Tesoro español acude mañana al mercado

A España el fantasma de la reestructuración helena le está saliendo cara. Los inversores buscan valores seguros y huyen de países que son más proclives a sufrir cuando hay turbulencias, y por mucho que pese la economía nacional sigue en ese vagón junto con Irlanda, Portugal y Grecia. Por todo ello, el interés del bono a 10 años ha tocado a primera hora el 5,57%, un nivel desconocido desde verano de 2000. Mientras tanto, la prima de riesgo, que es el diferencial entre este interés y el de los bonos alemanes al mismo plazo, se estabiliza en los 224 puntos básicos, unos seis menos que ayer. A pesar de todo, el máximo de 280 cosechado en enero todavía parece lejano.

Mañana será un buen termómetro para evaluar la percepción de España en el mercado. Tras la decepcionante subasta del lunes, el Tesoro Público vuelve a buscar inversores. La institución espera colocar entre 2.500 y 3.500 millones de euros con obligaciones a diez años. Habrá que ver si las exigencias de rentabilidad de hace dos días persisten.

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