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La crisis reduce el gasto en armamento

La batalla europea contra el déficit se había cobrado hasta ahora víctimas tan indefensas como pensionistas, parados de larga duración, funcionarios... Pero a juzgar por los datos de 2010, da la impresión de que incluso la industria del armamento, siempre boyante y acostumbrada a salir indemne de cualquier guerra, empieza a acusar también las medidas de austeridad.

El gasto mlitar en Europa cayó durante el último ejercicio un 2,8%, según el último informe del Instituto Internacional de Investigación para la paz de Estocolmo (SIPRI). Y las previsiones indican que la caída continuará durante 2011 como consecuencia de las medidas de ajuste presupuestario que están tomando la mayoría de los gobiernos europeos.

El desplome es especialmente acentuado en los países de Europa del Este (hasta el 28% en Bulgaria). Pero incluso las grandes potencias militares como Francia o Reino Unido han reducido el gasto en armamento en un 8,4% y un 0,8% respectivamente.

¿Y qué ha ocurrido en los tres países que la zona euro ha salvado hasta ahora de la bancarrota?

Portugal elevó en 2010 por tercer año consecutivo el gasto militar hasta los 3.805 millones de euros. En la última década, según SIPRI, Lisboa ha gastado 33.740 millones de euros en armamento, con compras tan polémicas como la de algún submarino alemán en tiempos de José Manuel Barroso como primer ministro. Lo más curioso es que a Portugal no se le conocen enemigos feroces.

Grecia, también rescatada, es otro país armado hasta los dientes; se supone que para defenderse de Turquía, aunque ambos países pertenecen a la OTAN. Entre 2007 y 2009, mientras tomaba el pelo a la Comisión Europea con sus cifras de déficit, el gobierno conservador de Karamanlis se pulió en armas 21.000 millones de euros. En 2010, con la hacienda quebrada, el socialista Papandreu todavía gastó 7.062 millones.

Irlanda no dedicó tanto esfuerzo a defenderse del exterior. Al fin y al cabo, su mortal enemigo era su propio sector bancario. En los últimos cuatro años, destinó entre el 0,5% y el 0,6% del PIB anual a gasto militar. La factura de la crisis bancaria asciende por ahora al 45% del PIB.

Los tres países pagan ahora unos intereses insostenibles (entre el 4% y el 6%) por unos préstamos concedidos por los mismos países que, en gran parte, les vendieron unas armas que de nada les valen frente a sus acreedores.

Foto: Monumento al soldado desconocido en Bruselas (B. dM. 19-3-2011).

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