La universidad más 'friki' del mundo
De Caltech sale la inspiración para los físicos televisivos más asociales, pero también para 31 premios Nobel.
Si sus amigos son unos expertos en informática, coleccionan cómics, se conocen al dedillo el guion de El señor de los anillos (o similares), se disfrazan de superhéroes de ficción, no tienen (ni han tenido) novia y prefieren una partida de rol a ir a una fiesta, seguramente son lo que coloquialmente se conoce como unos frikis. Pero si además son unos genios de la física, solo pueden estudiar en el Instituto de Tecnología de California (Caltech).
La serie The Big Bang Theory (en el canal TNT) ha popularizado a una pandilla de cuatro jóvenes investigadores superbrillantes de Caltech: un físico teórico (protagonizado por Jim Parsons, ganador de un Globo de Oro este año por su papel), un físico de investigación aplicada, un astrofísico y un ingeniero aeroespacial que trabaja en un programa de la universidad con la NASA. Aparte del éxito de la comedia en EE UU, la serie ha dado a conocer al mundo este centro de excelencia, de donde han surgido 31 premios Nobel, principalmente en los campos de física, química y medicina.
"La serie es una exageración, no todos los alumnos son así, aunque un 10% o un 15% sí lo son. No me extrañaría que algunas escenas de la serie estén inspiradas en la realidad", cree Francisco Montero, ingeniero industrial que hace tres cursos estudió allí un máster en Ingeniería Aeroespacial, gracias a la beca Talentia de la Junta de Andalucía. "Es un lugar particular, puedes respirar ciencia, es muy acogedor y en todos los rincones parece que se está haciendo algo muy importante". Este actual doctorando de la Universidad de Sevilla opina que la clave del éxito del instituto está en las altas inversiones privadas y del propio Gobierno estadounidense, ya que, por ejemplo, Caltech gestiona el programa espacial JPL de la NASA. Precisamente esta unidad es la que administra el máster de Moreno: "Era como un sueño", reconoce.
"Es un lugar particular, puedes respirar ciencia", dice un exalumno español
El onubense Manuel Fuentes fue su compañero de beca, de máster y de piso entre alumnos de decenas de nacionalidades. "Tienen un alto nivel de excelencia por la selección tan exigente de los alumnos, por las instalaciones y por las facilidades que le dan a la gente para investigar y estudiar", opina. Ambos reconocen que nunca han trabajado tan duro como el año que pasaron en esta universidad. "Si unes a las mejores personas, en unas condiciones muy buenas y con dinero para investigar, es más sencillo que salgan premios Nobel", asegura Moreno.
Aunque entre los seleccionados haya gente "un poco pillada", en palabras de Fuentes. "Yo vi en clase a un chico que en el descanso hacía cubos Rubik con una mano", pone como anécdota. "Son chicos acostumbrados a ser los números uno en sus institutos y aquí no todos pueden ser el número uno. Por eso hay mucha competitividad y mucha presión", explica. Tanta presión como para tener una tasa elevada de suicidios. O tanta presión como para que la universidad pague las fiestas a los alumnos con tal de que salgan de la biblioteca. "Eso yo no lo vi en Sevilla", bromea Fuentes.
En la Nasa
A pesar de ser una universidad muy pequeña (2.175 alumnos en 2010) maneja importantes recursos, como el laboratorio de propulsión (JPL) de la NASA, que se encarga a su vez de proporcionar parte del profesorado y proyectos.