La UE rechaza acoger a los inmigrantes norteafricanos llegados a Italia
Los ministros de Justicia e Interior de la UE, reunidos ayer en Luxemburgo, rechazaron la petición de ayuda del Gobierno de Silvio Berlusconi para gestionar el flujo de inmigrantes que está llegando a la isla italiana de Lampedusa desde las costas de Túnez.
Al término de la reunión, Roberto Maroni, ministro italiano de Justicia, expresó su indignación por la respuesta europea y se preguntó, como hizo su primer ministro el domingo, "si en esta situación tiene sentido formar parte de la UE". Maroni contrastó la situación con la solidaridad expresada por Italia "con Portugal, Irlanda o Grecia durante la crisis financiera", en alusión a los fondos de rescate establecidos por la zona euro.
Roma deseaba que los ministros activasen por primera la directiva sobre protección temporal que permite repartir entre todos los socios de la UE las personas desplazadas que no pueden regresar a su país.
Pero esa norma, que otorga a los beneficiarios un permiso de residencia y de trabajo de hasta un año, está pensada para la afluencia masiva de refugiados en búsqueda de protección internacional. En el caso de Lampedusa, la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, recordó en Luxemburgo que la mayoría de "los inmigrantes tunecinos no han pedido esa protección".
Ante esa circunstancia, la mayoría de los países de la UE se negaron ayer a repartirse los 22.000 inmigrantes llegados a Lampedusa durante la crisis que derrocó al primer ministro tunecino Ben Ali. Y criticaron duramente a Italia por concederles un permiso de residencia que pueden aprovechar para cruzar la frontera hacia otros países.
El ministro francés, Claude Guéant, acusó a Roma de no respetar "el espíritu" del acuerdo de Schengen (que eliminó las fronteras interiores) y advirtió que devolverá a Italia todos los inmigrantes que no demuestren disponer de medios suficientes para sobrevivir en Francia y regresar a Túnez. París, que durante el último mes ya ha devuelto a Italia más de 1.700 personas, anunció ayer que reforzará los controles fronterizos "con una compañía del ejército".
España hace excepción con Malta
A diferencia de Italia, Malta sí que logró ayer que varios socios europeos, entre ellos España, se ofrecieran a repartirse las casi 800 personas llegadas a la isla en las últimas semanas procedentes de Libia. "Malta es un país muy pequeño 400.000 habitantes y no puede asumir ese flujo", señaló en Luxemburgo la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmström, tras un Consejo de Ministros de Interior de la UE. El titular español, Alfredo Pérez Rubalcaba, señaló la disposición de España a acoger "entre 75 y 100" de esas personas, la mayoría libias o subsaharianas.