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Un proceso lento

Fusión de activos... pero no de ofertas

Los trascendentales cambios en el panorama de las cajas de ahorros aún están lejos de notarse en las sucursales, donde los clientes pueden encontrarse diferencias importantes en productos similares de cajas que ahora forman un mismo banco.

Sucursal de Caja Madrid
Sucursal de Caja MadridReuters

La reordenación de las cajas de ahorros españolas prosigue su curso, protagonizando la actualidad económica de las últimas semanas. En ese tiempo, se han lanzado todo tipo de mensajes sobre su viabilidad y sobre las necesidades de las entidades resultantes de las distintas fusiones. Pero, ¿en qué afecta esto al usuario? ¿Se encontrará la misma oferta de productos en las diferentes cajas que componen los nuevos bancos?

La respuesta, en muchos casos, es negativa. Pese a que algunas cajas de ahorros se vayan a integrar en una misma entidad, bajo un mismo nombre y una misma imagen corporativa, cada una de ellas continúa operando como si de una caja independiente se tratara en lo que concierne a las operaciones más importantes. Diferentes productos, diferentes condiciones, y diferentes políticas de riesgos en partes que deberán componer un todo.

Diferencias en hipotecas y depósitos

Algo palpable si uno se acerca a algunas sucursales de cajas de ahorros, como por ejemplo las que forman la primera entidad por volumen de negocio, Bankia. Dependiendo de aquella que visitemos, podremos encontrarnos con unos tipos de interés de hasta dos puntos de diferencia a la hora de intentar contratar una hipoteca. Desde un 1,40% de Bancaja, que podría llegar al 1% según los productos que tengamos contratados (seguros del hogar, cuentas nómina, pagos de recibos, etc.), hasta un 3,55% en Caja Segovia, variable hasta un 2,50% si tenemos contratadas dos nóminas, tarjetas, el seguro del hogar, el seguro de vida, un plan de pensiones y una cuenta con un saldo mayor a 3.000 euros. Unas políticas de riesgo un tanto distantes. Caja Madrid nos ofrece una opción intermedia, una "hipoteca bonificada" al 2,25% domiciliando la nómina, tres recibos y contratando un seguro y, al menos, una tarjeta de crédito. Por el momento, el tener varios productos contratados en diferentes entidades "asociadas" no bonifica a la hora de obtener mejores condiciones al contratar la hipoteca en alguna de ellas.

La "guerra del pasivo" también dirime una particular batalla entre las entidades agrupadas, aunque con menos diferencias que en caso de las hipotecas. En el caso de un depósito a 12 meses y 6.000 euros de capital, el interés al vencimiento del plazo va del 3% de Bancaja al 3,5% de Caja Madrid o Caja Segovia, aunque en este último caso nos recomiendan contratar uno creciente a tres años, ya que el tipo ofrecido en un depósito a un año nos reportaría los mismos intereses que si canceláramos uno a tres años. En Caja Ávila nos remiten a las condiciones ofrecidas por Caja Madrid, la referencia para el resto de cajas.

Falta unificar el sistema informático

El principal problema para que la fusión no sea efectiva en cuanto a la gama de productos es que cada caja aún opera con su propio sistema informático. En el caso de Bankia, los empleados consultados desconocen la fecha exacta en que la instalación del nuevo sistema único será efectiva, aunque alguno de ellos calcula que será en torno al mes de octubre.

En el resto de los nuevos grupos bancarios, la integración también es desigual. Banca Cívica comienza a ofrecer los primeros productos propios, como una "Hipoteca Vivienda" con un tipo de interés inicial del 3,50%, pero siguen conviviendo con los ofertados por cada una de las cajas que la componen, que siguen presentes en sus páginas web. En los casos de Catalunya Caixa o Caixa Bank la integración parece más rápida. En la primera, sus tres cajas integradas, Catalunya, Manresa y Tarragona, comenzaron a ofrecer productos similares hace algunos meses, como los depósitos Triple 8, Acción 10, Marc Márquez o el depósito Proximidad.

Fusión en las pequeñas transacciones

Lo que sí se han unificado han sido las comisiones por realizar las operaciones más habituales. Como publicaba Cinco Días, algunas de las nuevas entidades permiten realizarlas en los terminales de las diferentes cajas que las integran sin cobrar comisión por ello. Eso sí, dependiendo de cada entidad fusionada las posibilidades son mayores o menores: Caixa Girona funciona al 100% como parte de La Caixa; Catalunya Caixa permite efectuar transacciones con tarjeta, cobrar cheques, adquirir valores, consultar movimientos o ingresar efectivo, y los clientes de Bankia pueden consultar saldo, movimientos y retirar dinero sin coste, mientras que las operaciones con tarjeta de crédito rebajan su comisión un 25%.

Las fusiones, efectivas en los mercados, comienzan poco a poco a llegar a pie de sucursal. El proceso de unificación de los productos se desarrolla con lentitud, comprensible en casos como el de Bankia, que tiene que manejar unos activos de casi 330 mil millones de euros. Pero sí se echa en falta más definición en los plazos y, sobre todo, más información en las sucursales.

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