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Tribuna
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El año del protagonismo de las renovables

Con una aportación del 32,3% a la generación total de electricidad, las energías renovables se auparon por primera vez en 2010 al primer lugar de la lista de las fuentes productoras de energía eléctrica. Su persistente ritmo de crecimiento, que fue el año pasado del 11,3%, les permitió adelantar a las fuentes energéticas tradicionales. Esta es, en mi opinión, la mejor y más relevante noticia económica del año pasado.

Una excelente noticia impredecible hace solo una decena de años. Si alguien hubiera vaticinado entonces que las tecnologías renovables generarían más electricidad que la nuclear, el carbón o los ciclos combinados, su previsión habría sido recibida con burlas. Pero los datos están ahí. Su aportación del 32,3% supone más de 7 puntos de incremento sobre el año anterior y el cumplimiento de las metas que nos fijamos en el Plan de Energías Renovables 2005-2010. Además, nos sitúa en una posición muy favorable para alcanzar el 20% de cuota de fuentes renovables en el consumo final bruto de energía marcada por la Unión Europea como objetivo para España en 2020.

Esta impactante escalada de las renovables en 2010 no fue un espejismo. El pasado mes de marzo y también por primera vez, la energía eólica ha superado al resto de tecnologías para convertirse en la primera generadora de electricidad. Los parques eólicos han cubierto un 21% de la demanda (un 15% de la producción total en 2010) y han marcado un récord mensual, con una generación de 4.738 GWh, un 5 % más que en marzo del 2010.

Con cierto sentido del humor, alguien me comentaba hace unos días si con una expansión de este calibre deberíamos seguir calificando a algunas fuentes renovables como "régimen especial". Que la energía eólica, por ejemplo, se haya convertido en la primera fuente energética española, y que además se encuentre muy cercana al mercado, abona la opinión de los que piensan que las renovables se están convirtiendo muy rápidamente en fuentes energéticas más cercanas al "régimen ordinario" que al "especial".

En España hemos sido pioneros de las energías renovables, y como todos los precursores, hemos cometido algunos fallos propios de principiantes, que hemos ido corrigiendo. Lejos de suponer un paso atrás, esta evolución reafirma la apuesta del Gobierno, y por mi parte personal, por las energías renovables, reforzando una política energética que ha permitido situarnos como una de las referencias mundiales en este campo y consolidar un sector que disfruta de unas perspectivas inmejorables. El comportamiento de las energías renovables en 2010 explica en gran medida la evolución de otras variables cuyo comportamiento merece comentarse por su trascendencia en el sistema energético español. Me refiero a la dependencia exterior, a la intensidad energética y a las emisiones de gases de efecto invernadero.

En 2004 se produjo un cambio de tendencia respecto a nuestra dependencia energética, consolidado en los 6 años siguientes. El grado de autoabastecimiento energético alcanzó en 2010 el 25,9%, 3,1 puntos porcentuales más que en 2009. Se trata de un dato muy positivo para un país que carece prácticamente de yacimientos de energía primaria fósil. En cuanto a la intensidad energética se refiere, se ha reducido un 5,6% entre 2006 y 2010, años comparables en cuanto a magnitud del PIB. Entre 2004 y 2011, la mejora de la intensidad energética final ha sido del 11,3%, debido al fruto de los esfuerzos realizados en el marco de la Estrategia Española de Eficiencia Energética, la conocida E4, a través de sus planes de acción, a los que se suma el recientemente aprobado Plan de Intensificación del Ahorro y la Eficiencia Energética. La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero es un objetivo paralelo e inseparable de la política energética. 2010 ha confirmado la mejora sustancial de las emisiones de CO2 por GWh en relación con los años anteriores. Así, mientras que en 2009 se emitían 306 toneladas de CO2 por cada GWh producido, un año después esta cifra ha descendido a 247 toneladas, una reducción de más del 19%.

Quisiera concluir que el Gobierno continuará apostando sin reservas por el ahorro energético, por la eficiencia energética y por las energías renovables, tres herramientas clave para reducir nuestra dependencia exterior, algo que cobra aún más relevancia dadas las tensiones alcistas actuales de los precios internacionales de la energía. Son los tres pilares que nos ayudan a reducir nuestra intensidad energética y a cumplir con nuestro compromiso con el medio ambiente.

Fabrizio Hernández Pampaloni. Secretario de Estado de Energía, Ministerio de industria, Turismo y Comercio

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