De jefes locales a directivos globales
El 55% de los ingresos de las empresas del Ibex provienen de fuera de España, lo que genera un nuevo perfil de líder: aventurero y con ganas de aprender
Un estilo de dirección más globalizado y profesionalizado. Saber marcar una ruta, con caminos alternativos en caso de que surjan problemas para alcanzar el destino final, esto es, los objetivos. Ello implica iniciativa, capacidad de decisión y de rectificación, pero también de trabajo en equipo. Así como las crisis pueden ser ocasionadas por uno solo, los triunfos siempre se consiguen con el arrope de otros. No hay éxito sin grupo. Hasta hace bien poco, hasta los años noventa, con la privatización de las grandes compañías, los directivos se movían en entornos locales, y ahora hasta las medianas y pequeñas empresas compiten en un mundo global. Las empresas del Ibex 35 generan casi el 55% de sus ingresos fuera de España. Es el adiós al directivo local. Nace el directivo global. Por tanto, la aventura es otro rasgo que debe distinguir al ejecutivo del futuro. "Hay que huir del confort, ser realista, tener afán por comprender los negocios, capacidad de decisión y de construir una estrategia con claridad". Es la definición que hace Isidro Fainé, presidente de La Caixa y de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos, quien añade otras cualidades al retrato robot de la clase directiva: "Visión, identidad, pasión y capacidad de comunicación". ¿Dónde se encuentra este directivo? En cualquier lugar. Según Jaume Pagès, consejero delegado de Universia, el nuevo líder será aquel que "no agote su curiosidad, sea consciente de sus limitaciones y sobre todo haya aprendido a aprender". Y hace su- yas las palabras de Bertrand Russell para aconsejar que "hay que ser lo suficientemente valiente para cambiar las cosas, modesto para aceptar lo que no se puede cambiar e inteligente para distinguir las unas de las otras". Existe una corriente liderada por la psicóloga y profesora de la Universidad de Stanford Carol Dweck, que afirma que el talento se hace, no se nace con él. La determinación y el esfuerzo son importantes para obtener logros. Por tanto, prima la actitud y no las aptitudes. Dweck distingue entre las personas que tienen una mentalidad rígida y las que, por el contrario, tienen una mente abierta y en evolución. ¿Quién progresa más?
La aventura es un rasgo que debe distinguir al ejecutivo del futuro. "Hay que huir del confort", dice Isidro Fainé