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Las urnas castigan los titubeos

La gestión de la crisis está pasando factura a los gobiernos centrales o regionales que afrontan una cita con las urnas. Y parece que los electores perdonan casi todo... menos los titubeos y que algunos partidos intenten tocar todos los tambores a la vez.

Los partidos conservadores de Merkel y Sarkozy son las dos últimas víctimas de la estrategia errática de sus líderes. Y lo han pagado con una derrota en un feudo histórico de la CDU y con una caída en las urnas de la UMP en una cita electoral regional. Pero no son los únicos. Antes cayeron los laboristas en Reino Unido. O los populares en Grecia. Y el pasado domingo, también en Alemania, los liberales pasaron de 15 a siete escaños en uno de los parlamentos en juego y desaparecieron del otro, donde tenían 10 escaños.

El punto en común a todos esos batacazos parece ser las dudas y bandazos de los partidos frente a una situación económica y política cada vez más convulsa. Algunos grupos políticos siguen pensando que su mensaje se puede modular en función de la proximidad de las elecciones, sin percatarse de que en este siglo hiperconectado las reacciones de la opinión pública suelen ser mucho más rápidas y tajantes que en la era del papel, la radio o la televisión.

El error más flagrante lo ha cometido, una vez más, Angela Merkel, empeñada en no hablar claro a su electorado sobre la crisis del euro o la viabilidad de la energía nuclear. En uno y otro tema ha preferido mensajes populistas y contradictorios para engatusar a todo tipo de votante. No se ha percatado de que la principal demanda de la opinión pública en tiempos confusos parece ser la claridad. Y que si se ha de asumir sacrificios, los ciudadanos al menos quieren saberlo por adelantado.

Quizá sea casualidad pero en los últimos meses los dos únicos Gobiernos que han logrado ganar las elecciones son los de Estonia y Letonia. Países pequeños, es cierto, que quizá no sirvan de referencia. Pero en ambos casos, los respectivos líderes, de centro derecha, fueron recompensados. Los analistas que siguieron esas elecciones coinciden en atribuir el éxito a su franqueza a la hora de plantear los graves problemas económicos y financieros de sus países. Y en ambos casos se impusieron a partidos populistas emergentes que tanto pánico causan en otras democracias aparentemente mucho más maduras y consolidadas.

Tal vez, Rodríguez Zapatero y Rajoy (o sus respectivos sucesores) harían bien en estudiar todos estos precedentes en las urnas europeas. Aunque solo sea por si acaso.

Vídeo: Monkey Drummer, del videoartista Chris Cunningham, con música de Aphex Twin (Mt Sant Michael, en su disco de 2001, Drukqs).

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