Hacienda no ha cuantificado el gasto militar español en Libia
El secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, asegura que el aspecto financiero de la intervención española en el conflicto libio es "secundario", ya que su impacto elevará en "muy pocos puntos porcentuales" el nivel de gasto destinado a las operaciones de paz ya programadas.
Ocaña, en una comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso, ha asegurado que el coste de la intervención militar para España en Libia "no está cuantificado y aprobado todavía", pero cree que su impacto será "menor" y elevará en "muy pocos puntos porcentuales adicionales" al nivel de gasto que ya se destina a las "operaciones de paz" en varias partes del mundo.
"Yo no me preocuparía por el aspecto financiero de esa operación, créame que es secundario", ha aseverado en respuesta a una pregunta del diputado del Partido Popular Vicente Martínez Pujalte, quien ha criticado que llame "operación de paz" a "eso de tirar bombas".
Ocaña ha explicado que, en su momento, habrá que financiar la operación con recurso al Fondo de Contingencia, pero ha recalcado que su efecto "incrementario" en las partidas presupuestarias destinadas a operaciones militares españolas en el exterior será escaso, aunque todavía no disponga de las cifras.
Cumbre mundial sobre Libia en Londres
En el día de hoy más de 40 países se reúnen en la capital británica con el objetivo de diseñar un futuro de Libia sin la presencia de Gadafi. Una cumbre que llega tras el último discurso del presidente estadounidense Barack Obama, que ha defendido la intervención militar al mismo tiempo que ha descartado la posibilidad de que entre los objetivos de la operación se encuentre derrocar por la fuerza al líder libio, un "error" que comparó con los cometidos durante la guerra de Irak: "Nuestra coalición se dividiría si lo intentáramos. Cambiar el régimen nos costó ocho años, miles de vidas estadounidenses e iraquíes y casi un billón de dólares. No es algo que nos podamos permitir repetir en Libia".
Además, confirmó su intención de transferir el liderazgo de la operación a los aliados, sin que ello signifique la retirada total de sus fuerzas aéreas.