El hospital del futuro
La tecnología revolucionará la forma de atender y diagnosticar al paciente, a la vez que las clínicas se convertirán en lugares más acogedores.
Los hospitales de ahora parecen centros comerciales, con miles de personas al día transitándolos. No tienen sentido; en un futuro se parecerán más a un hotel que a un centro de beneficencia", opina Ángel Blanco, responsable de I+D+i de healthcare de Siemens. "Por muy prestigiosos que estos centros sean, hay grandes esperas y recursos escasos. Como personas, como país, demandaremos una mejor atención y más inversiones, independientemente del actual recorte presupuestario coyuntural", añade.
Este experto responde a la pregunta de cómo serán los hospitales en 2025. No parece que hayan cambiado mucho en los últimos 15 años. Sin embargo, ¿lo harán en la próxima década? ¿La revolución tecnológica en todos los ámbitos de la vida también afectará drásticamente a estos centros? ¿Será excesivo el coste de los nuevos adelantos?
"Los avances en tecnología determinarán la forma de atender a los pacientes", asegura Pedro Rico, director asistencial de USP Hospitales. "La sanidad en todo el mundo está en un proceso de transformación drástica. La cronicidad de las enfermedades, la escasez de médicos y las demandas de los pacientes ponen en jaque la sostenibilidad del sistema", opina Ignacio Ayerdi, director de Philips Healthcare.
Los expertos señalan dos tendencias. Por un lado, una mejor atención y más cercanía al paciente, y por otro, el uso de las nuevas tecnologías que lo permitan. "En el trato al ciudadano, la clave se centrará en el factor humano, con la vocación humanista del médico y el cuidado de los enfermeros. Lo que se busca es encajar el factor humano con la tecnología", asegura Rico. Por eso, el hospital se convertirá en un lugar de estancias muy breves, "de 24 a 48 horas", asegura el director asistencial de USP, para ceder paso al tratamiento a la atención primaria y a la teleasistencia.
"La tecnología cada vez es más pequeña y es más cercana al paciente. No hace falta ir a un gran edificio. El hogar puede ser un buen sitio para un diagnóstico previo o un tratamiento", dice el directivo de Siemens. "Los grandes hospitales perderán protagonismo, porque el conocimiento se va difuminando y ya no son necesarios como lugares de referencia donde estaban presentes las grandes y escasas tecnologías", aclara.
Podrán existir "otras nuevas instituciones para cuidados más prolongados", vaticina Rico. Y, además, las clínicas serán lugares "más amigables, no como ahora que son espacios en los que las experiencias no son satisfactorias", precisa Ayerdi. Precisamente Philips ha diseñado junto a Walt Disney la transformación interna de un hospital pediátrico en Florida (EE UU), donde el juego de luces crea una atmósfera más acogedora. Aunque sea a costa de futuros copagos para el paciente "en la parte de hostelería o en coberturas que no se consideren importantes", cree el ejecutivo de USP.
Enfermos agudos
"Los hospitales del futuro sufrirán un rediseño para centrarse fundamentalmente en los pacientes agudos y críticos. En la actualidad están muy enfocados a los enfermos crónicos. Estos podrán beneficiarse de tecnologías de teleasistencia en casa o en la atención primaria", explica Ayerdi. "Tendrán que ser centros más resolutivos. Para ello deberán ser más intensos en tecnología", añade.
"El cambio tecnológico será exponencial", anuncia Rico, quien resume algunas de las transformaciones que llegarán: aparatos médicos más portátiles, monitorización de los pacientes a través de dispositivos integrados en la ropa, diagnóstico más sofisticado por imagen -más virtual y con menos radiaciones-, introducción de la genética y la "telepresencia en la atención primaria, donde el médico consulta al especialista del hospital con el paciente en la consulta".
En los enfermos crónicos precisamente se centrará más el esfuerzo de la teleasistencia sin que necesiten acudir al hospital, incluidos los enfermos oncológicos, señala Blanco, para quien la clínica atenderá la parte diagnóstica con tecnología muy avanzada, como los equipos PET-TAC (de imagen metabólica y estructural), e intervenciones más precisas.
La cirugía mínimamente invasiva y robotizada se convertirá en otra de las tendencias, según los expertos. Desde la patronal de tecnología sanitaria Fenin se explica, por ejemplo, que la introducción de estas técnicas es cara, pero "el gasto es relativo si se tiene en cuenta la reducción de las complicaciones asociadas a la operación, una menor estancia hospitalaria y que el paciente se pueda incorporar antes a su trabajo".
Respecto al diagnóstico por imagen, "ya ha revolucionado la práctica sanitaria, pero el cambio será espectacular en 10 años, porque ahora hay estructuras que no podemos ver por falta de visión molecular y celular", avanza Ayerdi. "¡No se trata de ciencia ficción!", advierte. Ya hay proyectos piloto, como el del CNIC (Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares) y Philips para buscar "unas placas en las coronarias, de alto riesgo para el infarto de miocardio", gracias al PET-TAC.
Otros de los planes que esta compañía desarrolla, por ejemplo, atañe al diagnóstico precoz de enfermedades cardiovasculares a través de sensores en la ropa, un proyecto europeo denominado My Heart, o la monitorización de los enfermos agudos fuera de las unidades de cuidados intensivos gracias a sensores sin cables. O también la monitorización remota, en casa, para enfermos del corazón, donde se vigila su evolución y saltan las alarmas en cardiología cuando algo va mal. "Tener en el hospital a un paciente para hacerle una prueba o seguir su recuperación es muy caro. Hacerlo en un entorno extrahospitalario es más barato y será posible gracias a las tecnologías", apunta el responsable de Siemens.
Además de la telemedicina, Juan Carlos Muria, responsable de sanidad de Fujitsu, considera que la medicina personalizada también se impondrá en los avances técnicos: "Falta una personalización, que los médicos tengan acceso a la historia clínica desde cualquier lugar y personalizando en la genética de cada paciente. Eso sí que será útil".
Adiós al médico omnipotente
Las tecnologías de la información y la comunicación también revolucionarán el hospital del futuro. Por ejemplo, permitirán que cada ciudadano gestione su salud, según Ángel Blanco: "Hace 30 años el paciente no sabía nada de su enfermedad. El médico era omnipotente. Eso se acabó. Ahora decidimos qué queremos que nos cure y qué médico lo haga".Internet y las redes sociales serán claves. Casos como la red social del Clínic de Barcelona, con la que los pacientes interactúan, aportarán valor añadido para quienes estén fuera del hospital. O prácticas como el call center de Sanitas se impondrán para los casos menos graves. Trabajar en red y en equipo también conllevará "otra gran revolución", cree Blanco, debido a que la investigación la puede hacer un médico en Madrid; el seguimiento, otro en Barcelona, y el diagnóstico, un tercero en Suiza. "Eso permitirá acceder a los que consideremos los mejores profesionales sin importarnos el tiempo ni la ubicación".Otro de los cambios llevará a que la información médica y las aplicaciones estén en la nube (redes privadas en internet), explica Muria, el experto de Fujitsu, "lo que acercará al doctor al paciente, porque ya no importará desde el lugar en el que trabaje". Además, se desarrolla software especializado para médicos, que gestiona y ayuda con la sobreinformación que debe manejar, y buscadores tipo Google específicos para los galenos.