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La constructora asegura a la CNMV que llegará al consejo de la eléctrica

ACS defiende sus cuentas de la caída en Bolsa de Iberdrola

Los financieros de ACS no han escatimado explicaciones a la CNMV para justificar por qué no han saneado en las cuentas de 2010 el valor de su participación en Iberdrola pese a la caída de la eléctrica en Bolsa.

Iberdrola no es una inversión financiera para ACS . No. Las acciones de la eléctrica en su poder conforman "una participación estratégica y de largo plazo", explica el informe anual de ACS registrado en la CNMV . Y eso es mucho mejor para ella, porque como apuesta bursátil el resultado es bastante negativo.

Según las cuentas de ACS, el precio medio de su participación en Iberdrola estaba a cierre de 2010 en 7,31 euros por título, una cifra muy lejana a la cotización real en Bolsa, "que es un 21,1% inferior a dicho coste" en la misma fecha, dice ACS.

Esta circunstancia supone un problema para la constructora, porque las normas contables apelan a la necesidad de realizar un examen del deterioro del valor de las participaciones de cada compañía y, en caso de que exista, sanearlo, lo que implica pasar por resultados las pérdidas que esta limpieza pueda implicar.

ACS no ha tomado esta decisión. No lo hizo en 2009, lo que motivó que Iberdrola presentara una denuncia contra ella el año pasado por dar beneficios, cuando tendría que haber presentado pérdidas al sanear la participación en la eléctrica. Y no lo ha hecho en 2010, pese a que el impacto se cifrado en casi 1.200 millones de euros.

Eso sí, ACS dedica varias páginas de su informe anual a detallar por qué no lo ha hecho y a justificar su decisión. Según asegura, las normas contables permiten varias interpretaciones y han dado lugar "a una amplia diversidad en el mercado en cuanto a la aplicación práctica" de estos conceptos. Hasta el punto, insiste, de que es posible que cambien.

Uno de sus principales argumentos es que su participación es a largo plazo y que se trata de un paquete del 20,2% (a cierre de 2010, porque se ha diluido ligeramente durante 2011 ), lo que convierte a ACS "en el mayor accionista de la sociedad". Además, "la valoración de Bolsa no refleja fielmente el valor de un paquete del 20,2% en Iberdrola", según la compañía. Por todo ello, "en el contexto actual de los mercados financieros, dada la antigüedad media de la participación y la caída de la cotización [...], y considerando el carácter estratégico de la participación, el grupo no considera que se haya producido un descenso significativo o prolongado que suponga un deterioro de valor".

Pero ACS no se queda ahí. Sus financieros han estudiado su posición desde todos los ángulos para reforzar sus argumentos. La compañía estudia las cuentas anuales de 2010 de Iberdrola y asegura que no "se han identificado eventos causantes de pérdidas que puedan tener impacto en los flujos de efectivo futuro estimados sobre dicha inversión". También ha valorado su participación de acuerdo con los cálculos de descuento de dividendos. Por último, la constructora ha apelado a "expertos independientes de reconocido prestigio". ¿Su conclusión? Todos ellos "muestran, con holgura, una valoración superior al coste medio de 7,31 euros por acción", que es el que tiene contabilizado ACS.

En su informe anual, la constructora también reafirma a la CNMV su intención de entrar en el consejo de Iberdrola y de considerar su inversión en la eléctrica como compañía asociada. Y recuerda que está luchando por ello en los tribunales. "La dirección del grupo tiene confianza plena de que, aunque a la fecha de aprobación de los presentes estados financieros existe sentencia del juzgado de lo mercantil en primera instancia en contra del Grupo ACS, [esta circunstancia ] se resuelva en términos favorables para los intereses" de la compañía.

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