"El corazón de las nucleares debería ser subterráneo"
Especialista en obra civil, este suizo nacido en Lugano en 1926 ha construido algunos de los puentes, caminos, túneles, presas y plantas hidroeléctricas más importantes del mundo.
Lo de menos es que tenga 85 años y una mente privilegiada. Lo increíble es que Giovanni Lombardi cambie de idioma como quien bebe un vaso de agua. Del italiano al francés y de este al español, para cambiar luego al alemán y precisar algún concepto en inglés. Todo con una facilidad pasmosa. Este ingeniero que ha contribuido a proyectar una Europa más cercana a África, con la idea de un túnel subterráneo que cruzara el estrecho de Gibraltar, recibió la semana pasada de manos del rey Juan Carlos I el Premio Ingeniería Civil de la Fundación José Entrecanales Ibarra por su contribución a la construcción civil.
Ante el terremoto y tsunami de Japón, ¿qué pueden hacer los ingenieros para minimizar los daños?
Los fenómenos naturales nadie los puede prever. Se producen por razones externas. Lo único que se puede intentar es evitar que sucedan consecuencias demasiado graves. Construir con suficiente seguridad y teniendo en cuenta diversas situaciones que podrían ocurrir. Es triste, pero no deja de ser una realidad que cada vez que se produce un desastre natural, el conocimiento humano mejora.
¿Se aprende de los errores?
Yo creo que sí. El ejemplo lo tenemos en la década de los cincuenta, momento en que ocurrió un deslizamiento de una presa en el norte de Italia debido a un error de interpretación. En aquellos días, los ingenieros no pensaron en las condiciones meteorológicas. Cuando probaron la presa no había lluvia y pensaron que resistiría porque hasta entonces había permanecido estable, sin embargo, al subir el agua se deslizó todo. Y ese error ya nunca más se cometió de nuevo.
Y dígame, ¿cuando se construye una central nuclear no se debería reflexionar sobre la probabilidad de fenómenos naturales?
Por supuesto, aunque nunca he trabajado en una central nuclear, sé por mis compañeros que se tienen presentes todas estas variables. Como especialista en obra subterránea, lo que puedo decir es que todos los fenómenos sísmicos soportan mayor impacto en superficie que dentro de la tierra. Llevo años diciendo que el corazón de las centrales nucleares debería ser subterráneo, estar en una caverna debajo de tierra. En Montenegro (Suiza), en los sesenta, se creó un reactor experimental de reducida potencia en caverna subterránea para comprobar cómo afectaba la fusión del núcleo dentro de la tierra. Cuando ocurrió la fusión, cerraron la puerta. Abrieron 30 años después y vieron que no había pasado nada.
¿Podría ser una alternativa ahora que nadie quiere una nuclear al lado?
Evidentemente, sí.
Dentro de sus proyectos, ¿por qué el túnel entre Punta Paloma y África no acaba de iniciarse?
Yo dirigí la parte subterránea de este proyecto. Se basó en un proyecto francés que parecía muy sencillo, pero al hacer unas perforaciones descubrieron que la geología no era lo que se pensaba, sino que había dos canales por los desniveles del Atlántico y el Mediterráneo. Nosotros propusimos tres medidas: desarrollar más la máquina tuneladora para que pudiera resistir mejor la presión de agua tan alta (actualmente no resisten más de tres metros y no 500), luego realizar una campaña de sondeos verticales del mar y, por último, realizar una galería para averiguar cómo está el fondo del mar porque sería absurdo empezar el proyecto de ambos lados y alcanzar un punto donde no se puede avanzar. Es difícil precisar cuándo se hará, pero seguramente, algún día.
¿Ha afectado la crisis económica a la obra civil?
No tengo tal impresión. La inversión en plantas hidroeléctricas ha continuado. Los países saben que el petróleo no va a ser infinito y aunque lo fuera, su precio hace necesaria la búsqueda de alternativas. Por eso, todos los países han empezado a hacer estudios.
España sigue siendo una isla energética, muy dependiente del gas argelino. Una solución sería traer el gas de Rusia, ¿cómo ve esta situación?
Es un gran problema. Se dice que el precio del petróleo llegará a su pico más alto cuando la reserva esté al 50% y estamos llegando, pero el problema es más bien político y fuera de mi alcance.
Para terminar, explíqueme: ¿cómo sabe tantos idiomas?
Nací en la Suiza italiana y en casa se hablaba italiano. Luego nos trasladamos a los Pirineos franceses. Con 10 años se produjo la Guerra Civil española y los refugiados no hablaban francés, así que aprendí el español. Luego vino la Segunda Guerra Mundial y marché a estudiar a St. Gallen, donde se habla alemán.