El sector público ingresa lo mismo que en 2005 y gasta un 37% más
Una empresa no aguantaría ni cuatro días con un balance como este. El conjunto de la Administración pública ingresó 379.497 millones el año pasado, una cifra que supone retroceder a niveles de 2005. Sin embargo, desde entonces, los gastos se han incrementado un 37%, hasta los 477.773 millones.
Basta mirar los números del sector público para comprender la magnitud de la crisis. Los últimos datos del Ministerio de Economía, recogidos por CincoDías, indican que en 2010 las arcas de la Administración central, autonómica, local y de la Seguridad Social ingresaron 50.000 millones menos que en 2007, el año álgido de la economía. La recaudación ha retrocedido a niveles de 2005. Y, lo que es peor, respecto a ese mismo año, los gastos han aumentado un 37% hasta sumar 477.773 millones.
Así, no sorprende que las finanzas públicas hayan sufrido el peor deterioro de la historia democrática. De hecho, pasaron de tener un superávit de 20.000 millones en 2007 a un déficit de 98.227 millones en 2010.
Entre una y otra fecha, la economía ha registrado su peor crisis en democracia y, sobre todo, ha sufrido el desplome del mercado de la construcción, un sector que aportaba ingentes ingresos fiscales. El pinchazo de la burbuja inmobiliaria, a diferencia de la tecnológica, deterioró hasta límites nunca vistos el saldo presupuestario, sobre todo en la administración autonómica y local, mucho más dependiente de tributos ligados al ladrillo.
En cualquier caso, las cifras de déficit se redujeron en 2010, año en el que los ingresos fiscales aumentaron un 3,8%. Este esfuerzo fue capitaneado por la Administración central, mientras que la situación de las finanzas autonómicas, locales y de la Seguridad Social empeoró. Así, el Estado logró reducir su déficit un 48% en 2010, un porcentaje mayor del previsto. Ello contrarrestó el incumplimiento de la senda de consolidación fiscal del resto de administraciones.
O más impuestos o más recortes
La obligación de reducir los números rojos hasta el 3% del PIB en 2013 desde su nivel actual del 9,24% no puede realizarse sin nuevas medidas. La ecuación es simple. O se incrementan los impuestos o se recorta el gasto. O una combinación de ambas medidas. Este esfuerzo adicional deberá proceder, en su mayor parte, de las comunidades autónomas, ya que la Administración central ya realizó buena parte de los recortes el año anterior.
Con todo, el margen para elevar más los impuestos cada vez es menor. El Gobierno central ya ha subido los tres mayores tributos por recaudación, IRPF, IVA e impuestos especiales. Y las comunidades se han lanzado a crear nuevas tasas -hasta 50 este año- que, sin embargo, tienen una capacidad recaudatoria limitada.
La cifra
35% es el porcentaje sobre el PIB que suman el conjunto de ingresos no financieros del sector público. En 2007, la recaudación suponía el 41% del PIB.