España revisa su política de seguridad nuclear
La central de Cofrentes recibirá atención prioritaria.
La crisis nuclear de Japón está provocando que la mayoría de gobiernos se replantee su política de seguridad. España no es la excepción. El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, anunció ayer en el Congreso que revisarán los sistemas de seguridad de todas las centrales nucleares.
Además, se elaborará un informe complementario acerca de la solidez de las centrales frente a los riesgos sísmicos y ante eventuales inundaciones, situación que se ha producido en Fukushima, la central que mantiene en vilo a la población mundial. El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), tras elaborar estos informes, comprobará si es preciso modificar autorizaciones o exigir medidas de seguridad adicionales. En este sentido, en el punto de mira aparece la central de Cofrentes (Valencia), que entró en servicio en 1983 y que recibió un día antes del terremoto de Japón la autorización para funcionar 10 años más.
Propiedad de Iberdrola, la central de Cofrentes es la tercera más antigua de España, por detrás de la de Santa María de Garoña (Burgos) y de Ascó (Tarragona) que entraron en funcionamiento en 1971 y 1983, respectivamente. En total, España cuenta con ocho centrales nucleares que suman 7.700 megavatios de potencia eléctrica.
Sebastián defendió revisar las políticas de seguridad, aunque reiteró que estas instalaciones no suponen ningún riesgo. "Creemos que éstas son las medidas razonables para acometer, ya que otro tipo no están justificadas en estos momentos", añadió. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, negó la posible contradicción que supone que el Ejecutivo asegure que no existe ningún riesgo a la par que estudia elevar los exigencias a las nucleares. La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, destacó ayer la celeridad de España para someter a las centrales nucleares a pruebas de "esfuerzo" extraordinario para comprobar su respuesta, en línea con lo debatido el martes en la UE.
María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP, subrayó, por su parte, que la energía nuclear "tiene que convivir" con el resto de energías siempre que cumpla la "premisa mínima y básica" de la seguridad como condición fundamental.
Malas noticias para el turismo
El terremoto de Japón supone un nuevo mazazo para el sector turístico, que prevé una caída de los visitantes procedentes de este país asiático. De momento, ya se han cancelado el 80% de las reservas contratadas por clientes nipones en la Costa del Sol. La Confederación Española de Agencias de Viajes y Touroperadores (Ceavyt) teme que después del terremoto disminuya un 90% el número de japoneses que visitan España.Si bien representan un porcentaje mínimo sobre el total de turistas, el 0,6%, se caracterizan por dejar más dinero que la media. Cada día, el turista japonés gasta 230 euros, mientras que el promedio se sitúa en 96 euros, según los últimos datos del Instituto de Estudios Turísticos. El año pasado, 332.697 japoneses llegaron a España, un 44% más que en 2009. Fue uno de los grupos que más crecieron y contribuyeron a mejorar la temporada turística.José Manuel Maciñeiras, presidente de Ceavyt, señaló a Europa Press que los viajes turísticos entre Japón y España actualmente son "prácticamente inexistentes". Maciñeiras defendió que el turista asiático tiene un perfil "muy atractivo", ya que suele alojarse en hoteles de nivel, "hace circuitos y se gasta en compras". Por contra, destacó que "Japón es un destino aún minoritario" para los españoles.