La clave, asegurar el puesto de trabajo

El cara a cara mantenido durante la última semana por la dirección de AENA y los 11.000 trabajadores de su convenio general (además están los 2.400 controladores que tienen un pacto laboral propio) ha tenido como piedra de toque la garantía en los puestos de trabajo de los empleados que se incorporen a las partes que se van a semiprivatizar.

El Ministerio de Fomento y AENA entregaron a los sindicatos UGT, CC OO y USO sendos documentos en los que se detallaban una serie de garantías de continuidad en el puesto de trabajo. Durante cuatro sesiones maratonianas de negociación las partes estudiaron la mejor manera para garantizar "la continuidad de los puestos de trabajo, los salarios y otros derechos laborales en todo el grupo AENA y en las futuras concesionarias de los aeropuertos de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat". Aunque las cifras no son oficiales, está previsto que de los 13.000 trabajadores de AENA, unos 7.000 pasen a la filial mercantil que se encargará de la gestión de los 47 aeródromos de la red.

Además de esos 7.000 empleados, unos 2.000 tendrán que pasar, mediante una figura de subrogación, a las empresas privadas que ganen la gestión de los principales aeropuertos de la red: Barajas y El Prat.

Por otra parte, el presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, aseguró ayer en referencia a la protesta que los sindicatos han convocado en AENA que es necesaria una ley de huelga, porque no puede ser que cada vez que haya un conflicto laboral un pequeño colectivo ponga en jaque a todo el país.