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Ghosn, criticado por el fallido caso de espionaje

El presidente de Renault, en el punto de mira

El presidente de Renault y de Nissan, Carlos Ghosn, estaba acostumbrado a los halagos y a ocupar siempre el centro de los focos. Hoy, las críticas han arreciado por el escándalo del espionaje, que había denunciado en enero y que ha resultado ser falso.

Electricidad.
Electricidad.Reuters

No hace demasiado tiempo, Carlos Ghosn era una estrella indiscutida dentro de la industria automoción. A principios de la década había rescatado Nissan de la quiebra, y tras la retirada de Louis Schweitzer de la presidencia de Renault en 2005, no hubo otro candidato que pudise hacerle sombra para ocupar el puesto. En Japón fue protagonista de algún que otro cómic, sus discursos eran seguidos con atención por toda la prensa internacional. Allí, su estatus era comparable con el que disfrutan por estos lares Cristiano Ronaldo o Lionel Messi.

Periodistas y analistas siguen callando cuando él abre la boca, pero su figura ha quedado manchada por el escándalo del espionaje que nunca fue tal. La dirigente del Partido Socialista, Martine Aubry, aseguró hoy a los medios galos que debía ser el propio Ghosn quien asumiese la responsabilidad por el caso, que provocó el despido de tres empleados en enero. "Si un empleado comete un error en una compañía no tiene que pedir perdón. Está fuera", afirmó, según recoge Reuters. Todo parecía indicar que iba a ser su mano derecha en Renault y en Nissan, Patrick Pélata, iba a ser el cabeza de turco. Sin embargo, su jefe parece haber escuchado las recomendaciones de Aubry y hoy anunció que ha rechazado la dimisión presentada por el número dos de la compañía, Patrick Pélata. Ayer, ambos directivos renunciaron a sus bonus.

Quizás haga falta hacer un resumen de lo que ha sucedido en los últimos meses. A principios de año, Renault anunció a bombo y platillo que había despedido fulminantemente a tres directivos, a los que acusaba de haber filtrado detalles relevantes sobre su estrategia de vehículos eléctricos. La compañía parisina es una de las más activas en el desarrollo de coches con baterías, con unas inversiones que cifra en 4.000 millones de euros. Posteriormente, fuentes de la compañías apuntaron incluso la posibilidad de que los compradores de esta información fuesen empresas chinas.

Comenzaron entonces unos 60 días investigaciones, noticias en los medios de comunicación y de todo tipo de rumores. Y ayer, la Justicia confirmó lo que Renault ya había dejado caer la semana pasada. Era muy posible que, en realidad, nunca hubiese existido tal caso. El fiscal del Estado, Jean Claude Marin, afirmó que no hay rastro de las supuestas cuentas bancarias donde los tres despedidos habrían recibido los pagos de China. la compañía ya ha pedido disculpas a los afectados. En principio, habrá una reunión los próximos días para negociar una posible indemnización.

Ahora viene el turno de las responsabilidades. La pasada semana, cuando comenzó a quedar clara la falsedad de las acusaciones de la compañía, el vicepresidente de la compañía, Patrick Pélata -el que muchos creen es el cerebro en la sombra de la multinacional-, puso su cargo a disposición del consejo. Sin embargo, arrecian las voces que piden que las responsabilidad vaya más arriba.No en vano, Carlos Ghosn es una figura discutida por su principal accionista, el Estado francñes, con un 15% del capital. El directivo franco libanés ha protagonizado choques con distintos ministros por su salario de 9,2 millones anuales. En 2010, el Ejecutivo le obligó a dar marcha atrás en sus planes de transferir la producción francesa del Clio a Turquía. El presidente, Nicolas Sarkozy Sarkozy, incluso, se permitió echarle la bronca en público, y Ghosn se vio obligado a repartir la producción entre ambas factorías.

Además, este caso espionaje da más poder al Gobierno en otra cuestión que persigue la dirección: la reducción de la participación en Nissan, que en la actualidad asciende al 43,4%. Cuatro personas de la compañía aseguraron a Bloomberg que este caso dificultará que el Ejecutivo dé su apoyo para que la compañía francesa venda parte de su paquete, lo que permitiría que Nissan pueda votar en el consejo como accionista de Renault. Nissan controla el 14,5% de las acciones con derecho a voto de Renault.

Ghosn presentó su plan industrial a principios de febrero, en el que garantizaba el futuro de las plantas en España.

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